Capitulo 23

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UN JUEGO DEL DESTINO
DEL ODIO AL AMOR 💘

CAPITULO  23

El camino fue en silencio, en cuanto llegaron, la castaña corrió a su habitación, ya no podía contener más las lágrimas.

Bankotsu iba manejando hacia su departamento, las lágrimas recorrían sus mejillas, algo en su corazón le decía, que en ese instante había perdido a su adorada castaña, para siempre.

Sesshomaru subió a la habitación, dispuesto a enfrentar a su esposa, al entrar la encontró en la cama llorando.

Sesshomaru:
(Furioso)
Dime hasta cuando pensabas verme la cara de imbecil.

Rin:
Yo no... Lo siento.

Sesshomaru:
Maldita sea lo sientes, haz hecho mi vida un verdadero infierno, con tus constantes rechazos.

Rin:
(Llorando)
Yo no pedí esto, al igual que tú, yo también estoy sufriendo.

Sesshomaru:
Sufrir tú, porque razón, por el maldito de Bankotsu.

Rin:
Yo lo amo, y todo esto para mí es un maldito infierno, una cárcel, y tú eres mi verdugo.

Al oír estas palabras, el platinado sintió una punzada en su pecho, se acercó a la castaña, estaba dispuesto a acabarla con sus propias manos.

La castaña se dio cuenta,  que el platinado estaba hecho una furia, y esperaba lo peor.

Sesshomaru:
(furioso)
Y lo que te falta por sufrir, bienvenida al infierno, y no trates de escapar, estás siendo vigilada las 24 horas.

Dicho esto salió azotando la puerta, se encerró en su habitación, dispuesto a ahogar su pena en una botella de licor.
Así fueron transcurriendo los días, Rin no podía salir de la mansión, si no era con vigilancia, solo visitaba a su padre, algunas veces a su amiga Kikio, y el mayor tiempo la pasaba encerrada en su habitación, no había vuelto a ver al platinado, sus días se iban en llorar, estaba presa en aquel lugar, se sentía desesperada, ya llevaba un par de meses asi.

Un día cómo cualquier otro, Rin decidió bajar hacia la cocina, estaba Kagura disponiendo de todo para la cena, dando órdenes a los empleados, cuando la vio allí, puso cara de pocos amigos.

Rin:
Kagura, no te molestes en seguir dando órdenes, yo me ocuparé de la casa, y lo que concierne a ella.

Kagura:
Cómo te atreves, lo hago y lo seguiré haciendo, porque es una orden de Sesshomaru.

Rin:
Me atrevo, porque soy la señora de está casa, y la esposa de Sesshomaru.

Kagura:
Desde cuándo querida, si ni siquiera duermen juntos, el se ahoga de licor todos los días, y sabemos que es por tú culpa.

Rin:
Los problemas que tenga con mi esposo, no son algo que deba importarte, por hoy dejaremos las indicaciones que diste para la cena, pero desde mañana, no te atrevas a contradecir mis órdenes.

Kagura salió de la cocina hecha una furia, mientras tanto Rin, se acercó a Kaede.

Rin:
Dime Kaede, es cierto lo que dijo Kagura.

Kaede:
A qué se refiere, señora.

Rin:
A qué Sesshomaru bebé todos los días, hace mucho no lo veo.

Kaede:
Disculpe mi atrevimiento señora, pero es lógico que no lo vea, si usted casi no sale de su habitación, y si es cierto, desde el día que llegó con usted y discutieron, no ha salido de su despacho, no se a que horas va a su habitación, y a que hora regresa a beber.

Rin:
Usted quiere mucho a Sesshomaru, verdad.

Kaede:
Así es, lo cuide desde que era un niño, lo veo como un hijo.

Rin:
Podría hablarme sobre él.

Kaede:
El es un hombre bueno, siempre ha visto por todos nosotros, los empleados, Kagura, el padre de ella, y yo, nos trata como si fuéramos su familia, siempre ha sido muy serio, algo frío, pero con un gran corazón, que solo muestra, a quien lo merece.

Rin:
Entiendo, gracias por hablarme de él, y Kaede...
Esmerate en la cocina, hoy cenaremos todos.

Kaede:
Pero... El señor no querrá salir.

Rin:
Yo me encargaré.

💭Si bien no puedo corresponderle, trataré de que tengamos una convivencia agradable, camine hacia el despacho, no  puedo negar que moría de nervios, toque la puerta, cuando escuché su voz, profunda y fuerte...

Continuará...





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