UN JUEGO DEL DESTINO DEL ODIO AL AMOR

Capitulo 53

UN JUEGO DEL DESTINO
DEL ODIO AL AMOR 💘

CAPITULO  53

Sesshomaru:
Llora cariño, te sentirás mejor, él siempre va a estar contigo.

En ese momento la castaña, le regaló la más dulce de las sonrisas, se separó un poco del platinado y limpio su cara.

Rin:
Lo sé, él me lo dijo.

Sesshomaru la miro un poco confundido, pues no entendía, a lo que su esposa se refería.

Sesshomaru:
A qué te refieres.

Rin:
Mientras estuve en coma lo vi, quería quedarme con él, me dijo que aún no, que tenía que regresar porque alguien me esperaba, yo no recordaba quién, fue cuando escuché una voz llamándome, sabes, me dijo que siempre estaría conmigo, cuidándome, que él estaría bien, eso me reconforta, sé que está bien, en un lugar donde está feliz y fue cuando desperté, tu amor me trajo de vuelta, tu voz.

Sesshomaru:
Te protegió y se lo agradezco, no sé qué hubiera sido de mí si te hubiera perdido, ahora yo me encargaré de cuidar de ti y hacerte inmensamente feliz.

Rin:
Te amo Sesshomaru.

Sesshomaru:
Te amo Rin.

Rin:
Cariño, me llevarías a casa de mis padres.

Sesshomaru:
No creo que sea conveniente, no quiero que tu madre te haga una grosería, no lo soportaría, no se lo permitiría.

Rin:
Amor, no te preocupes por mí, debe sentirse muy triste, debe ser muy difícil perder un hijo, sé que Kohaku era su consentido, pero sabes, eso no me molesta, voy a estar bien.

Sesshomaru:
Está bien, iremos, sólo lo hago por ti.

Rin:
(Feliz)
Gracias cariño, iré a arreglarme un poco.

Sesshomaru:
Te espero en el despacho.

La castaña se acercó y le dio un dulce beso, a su amor de ojos dorados, caminaron de la mano hasta las escaleras, estaban realmente enamorados, en sus ojos se veía un destello, un brillo único, no necesitaban palabras, sí con cada mirada se decían, lo mucho que se amaban.
La castaña fue subiendo hasta soltar la mano de su esposo, quién la miraba con la mayor devoción del mundo, se sentía completo, realmente feliz, entró al despacho para revisar algunos correos de la empresa y vaya que tenía bastantes, aprovecharía mientras su esposa regresaba, para solucionar aquellos pendientes, después de más o menos una hora, la castaña entró al despacho. Sesshomaru voltea a mirar hacia la puerta, para encontrarse con su bella esposa, estaba realmente preciosa, con su cabello atado en una coleta alta, un poco de maquillaje muy suave, el platinado se levantó de su sillón, le dio un beso en la frente y la tomó de la mano, para salir hacia la mansión Kishaba, no quería conducir, quería pasar el mayor tiempo posible junto a su esposa, así, cuando salieron a la puerta, se encontraron a Jaken, quién hizo una reverencia saludando a los señores.

Sesshomaru:
Jaken, podrías traer el auto y llevarnos a la mansión Kishaba.

Jaken:
Enseguida señor.

En otro momento Sesshomaru hubiera estado bastante molesto e irritado, por tener que esperar, pero ahora no, era todo lo contrario, mientras Jaken iba por el auto, Sesshomaru aprovechó para llenar de besos a su linda esposa, mientras está sonreía entre los brazos del platinado, todos los miraban realmente sorprendidos, desde el jardinero, las empleadas, los guardias, pues muchas veces veían a la castaña llorar y al platinado entrar y salir hecho una furia, al parecer sus patrones se encontraban muy felices, eso hacía sentir el ambiente de la mansión distinto, más alegre, con más vida, sus risas alegraban el lugar, pronto Jaken llegó en el auto, la pareja se subió, inmediatamente se marcharon, hablaron de muchas cosas, reían, la castaña le hacía bromas a su esposo, Jaken miraba la feliz pareja por el espejo retrovisor, pensando en que nunca había visto de esa manera tan feliz al platinado, la verdad se sentía muy complacido, pues al fin y después de tantos tropiezos, podía ser feliz.