Capitulo 48

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UN JUEGO DEL DESTINO
DEL ODIO AL AMOR 💘

CAPITULO  48

Kohaku eres tú❓

Kohaku:
Rin, hermana, que haces aquí❓

El castaño corrió hacia su hermana para abrazarla, ella lo recibió muy feliz, era él, su hermano, tan guapo como siempre, pero más radiante, más feliz.

Rin:
No sé qué hago aquí, sólo desperté, en este lugar.

El castaño sólo la miró y sonrío.

Kohaku:
Pero qué despistada eres, siempre yendo, donde no debes.

Rin:
Estás aquí, claro que debo estar aquí contigo.

Kohaku:
No hermanita, aún no, debes regresar.

Rin:
Regresar, a dónde ❓

Kohaku:
A casa, no hagas que mi sacrificio, sea en vano.

Rin:
Sacrificio ❓

Kohaku:
Sí, luego lo entenderás.

Rin:
Está bien, vámonos juntos.

Kohaku:
No, ya no podré regresar, pero tú sí.

En una habitación de hospital, un hombre de cabellos plateados, tomaba la mano de la mujer que amaba.

Sesshomaru:
Rin mi amor, regresa, te necesito.

En ese momento las máquinas empezaron a sonar estrepitosamente, era un sonido ensordecedor, angustiante, desesperante, todo había acabado, el platinado gritaba llamando al médico, la enfermera corrió rápidamente anunciando un código azul, la máquina que controla la frecuencia hizo su inminente sonido, "beep", los médicos entraron rápidamente para hacer reanimación y la enfermera sacó al platinado de la habitación, quien lloraba amargamente.

Sesshomaru:
Rinnnnnn, mi amor, lucha, no me dejes, Rinnnnnn.

La espera era terrible, el platinado estaba desesperado, no podía ser, ella no podía abandonarlo.

En la habitación los médicos hacían lo imposible, por salvarla.

Kohaku:
Ve hermana, es hora, alguien te espera.

Rin:
Yo quiero quedarme contigo, en este lugar.

A lo lejos escuchó, como una voz la llamaba.

Rin:
Quién es, quién me llama ❓

Kohaku:
Esa voz, es la voz del amor, anda, regresa.

Rin:
Pero tú ❓

Kohaku:
Estaré siempre contigo, cada que mires al cielo yo estaré allí, cuidando de ti, una cosa más, dile a mamá que la amo, que ya no esté triste, que mi amor por ella, es más fuerte que la muerte. Watashinojinsei no Hikari.

En ese momento Kohaku soltó su mano y poco a poco se alejaba de aquel lugar, viendo todo cada vez más borroso.

La espera se hacia eterna, la angustia lo estaba matando, después de minutos que parecieron horas, los doctores salían junto con las enfermeras.

Médico:
Señor Taisho, fue difícil pero logramos estabilizarla, estuvimos apunto de perderla.

Sesshomaru:
Dígame doctor, qué posibilidades hay, que Rin despierte.

Médico:
Eso no lo sabemos, es algo incierto, puede durar así meses como lo ha estado, o tal vez años, en el peor de los casos no despierte, lo siento, pero debo ser sincero.

UN JUEGO DEL DESTINO DEL ODIO AL AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora