「I」Capítulo 20

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ANNIE

Ya estaba harta de aquello. Di un fuerte resoplido y dejé el control sobre el escritorio, subiendo mis pies envueltos en medias de lana en la silla con ruedas. Apoyé mis codos sobre mis rodillas y empecé a masajear mis sienes; en verdad empezaba a dolerme la cabeza. Link se había quedado quieto en la pantalla, y por la falta de interacción de mi parte su pequeño avatar se balanceaba de un pie a otro, esperando mis instrucciones.

- ¿Qué pasa, Annie? -Armin regresaba del piso inferior con una bandeja roja navideña con un plato de galletas de chispas y dos jarras humeantes de chocolate caliente.

Yo solo le lancé una mirada derrotada. Él alzó la ceja extrañado y luego miró a la pantalla. Lo comprendió al instante.

- ¡Oh! ¿El Templo del Agua? -rio dejando la bandeja sobre su nueva mesa de noche al lado de la litera- ¿Ves? ¡Te dije que era difícil! Entiendo perfectamente esa frustración...

Bajé mis piernas y me impulsé sobre la silla hacia él, que tomaba asiento en la cama. Me incorporé enfurruñada y tomando una de las jarras me dejé caer violentamente de nuevo sobre la silla.

- No es difícil... ¡Es estresante! -tomé un sorbo con cuidado para no quemarme- Tengo abrir el menú de armas cada cinco segundos para ponerme y quitarme las botas metálicas, lidiar con esas malditas antorchas y por si no fuera suficiente, hay que cambiar el nivel del agua a cada momento... -tomé otro sorbo para ocultar mi resoplido- ¡Y para hacerlo tengo que ir hasta ese maldito mural en el trasero del mundo para tocar la condenada ocarina!

- ¡Y eso que sigues en la sala principal! -rio él de nuevo, bajando su jarra de árbol navideño- ¡Espera a que llegues a los laberintos! Ahí sí vas a rogarme que te deje usar un tutorial de internet... Espero que esta fase de frustración no te haga abandonar el juego.

- No. Soy Annie Leonhart y nunca me rindo en nada de lo que hago -lo señalé, pero luego lo medité un momento- Bueno, casi nunca... Mmm, solo algunas veces... ¡Está bien, siempre lo hago!

- ¡Qué bueno que eres honesta! Ya te iba a recordar ya sabes... ¡Función logarítmica! -acercó su rostro burlón.

- ¡Ya déjame, me estoy esforzando! -lo empujé hacia atrás y él soltó otra risa- Además no es mi culpa que no te entienda lo que me explicas...

Dio un jadeo, sorprendido.

- ¿Estás criticando mis métodos de enseñanza? ¡Eso no es muy amable de tu parte! -sonrió.

- Tal vez... -bajé mis pupilas hacia la jarra entre mis manos. Aspiré al percatarme, señalándole a Armin el interior- Sí te acordaste de poner solo los...

- ¡Malvaviscos rosados y amarillos solamente! Descuida, sí lo recordé -se reclinó hacia atrás apoyándose sobre su brazo, y también me mostró el chocolate de su taza, con unos cuantos malvaviscos derretidos flotando en la espuma- De hecho yo me quedé con todos los azules...

Esbocé una sonrisa, pero al sentir la calidez expandirse en mis mejillas tuve que hacerla desaparecer tras mi jara de diseños florales... Aquellas rojas navideñas. El día anterior Armin también me había ofrecido chocolate con malvaviscos, y durante la conversación le revelé que cuando era niña era muy exigente, y solo me comía los rosados y amarillos. Me impresionaba el hecho de que él guardaba absolutamente todo: recordaba frases sueltas que yo le había mencionado hacía tres meses, cosas que ni yo misma me acordaba.

Yo había cumplido mi promesa; a partir del primer lunes de vacaciones había llegado todos los días por ahí de las nueve de la mañana para jugar Zelda. Yo avanzaba muy rápido pues la trama era realmente atrapante, además de que ya dominaba el uso del control a la perfección. Sin embargo, eso no era todo lo que hacía en aquella casa cálida. Armin me enseñó también a usar el control de la Play Station 4 que colindaba con su televisión, y jugamos algunas partidas de Smash Bros. Yo era realmente mala, pero él se dejaba ganar a propósito para que no me sintiera mal. En cierto momento peleó él solo contra los avatares del juego y quedé asombrada de su verdadera habilidad.

Menta. Una historia de Armin y Annie [Trilogía completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora