「III」Capítulo 23 (Parte 1)

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TODOS

Ese maldito bus no se estaba moviendo. Nos habíamos detenido en cada esquina de la ruta. Estaba a nada de mandar a todos al carajo, abrirme paso y llegar caminando a la maldita universidad. La frente me sudaba como siempre, en grandes chorrones que empapaban el cuello de mi camisa. ¿Por qué estaba haciendo tanto calor? Una condenada anciana me estrujaba contra el fondo del vehículo con su enorme bolso, repleto hasta arriba de libros de colorear. Probablemente había sido un mal día para sus ventas.

Mi teléfono vibró en el interior de la chaqueta. Casi siempre había alguien, algún niño especialmente, que se quedaba extrañado cuando sacaba aquel tuco negro, de los viejos. Sólo necesitaba llamar y enviar mensajes, ¿por qué gastar dinero de forma estúpida? Me extrañó ver ese nombre en la pantalla. "Oh, no. Si me está llamando desde el teléfono de Janine significa que ya la condenada ceremonia terminó. Demonios. No logré llegar. Otro puto fracaso". Todo se me revolvió por dentro; entendible, porque estaba en el período activo. Pero lo contuve, como me había enseñado la doctora Hellen.

Perder el control, lo único que hará será alejar a las personas que amas.

- ¿Hola?

- ¿William?

No era Annie.

- ¿Qué pasa? -fruncí el ceño.

- Ah... -aclaró su garganta- Pasó algo...

- ¿Qué pasó? ¿Qué pasó, Annie está bien?

- S-sí está bien, no es ella, ah... Ah... -soltó un resoplido entrecortado, como si aguantara las ganas de llorar- Nos acabamos de enterar que... ah, el novio de Annie...

- ¿Armin? -interrumpí.

- Sí, Armin... Ah... Está en el Hospital de Trost porque... lo... lo apuñalaron.

El calor se fue. ¿De dónde llegaron aquellas ráfagas heladas? El sudor me deslizó la mano por el tubo, y el bus continuó su lento camino. "¿Pero qué...? Pero..."

- ¿Qué? Creo que te escuché mal.

- No... No escuchaste mal. Escucha, William, no hay mucho tiempo porque t-tengo que sacar el carro de aquí y llevar a Annie a Trost. Escucha, ah... al parecer al abuelo del novio de Annie alguien le avisó... de lo que pasó. Tuvo un infarto y...

Exhalé.

- ... ahora está en el de Melbrooke porque era el más cercano. Ya llamé, y me dijeron que está en cuidados intensivos, y llamaron a su hermano, pero...

- Eh, eh... ¿De qué mierda estás hablando, Janine? ¿C-cómo... Cómo que un infarto?

- Sí, sí, así como suena... -respiraba muy rápido- Escucha. Tienes que ir a ver cómo está él, ¿de acuerdo?

- ¿Q-qué? ¿P-pero...? ¿Qué...?

Las líneas metálicas del suelo no tenían sentido. No entendía nada de lo que estaba sucediendo. Pero de algo siempre estaría seguro. Y salió de forma automática.

- Voy con mi hija.

- Ella está conmigo. Está bien, solo está en shock, pero... De verdad, William, ¿no puedes hacernos este favor? Al menos ve para que nos digas cómo está... -bajó el volumen del temblor- Me dijeron que es su única familia...

- A-Annie... Yo... -me picaban los ojos, así que parpadeé- ¿Dónde está Annie? Pásame a Annie, tengo que hablarle.

- ¡No hay tiempo, William! ¡Yo estoy con ella, ¿de acuerdo?! Ve al Melbrooke, organiza todo allá y luego vienes con Annie. Me llamas apenas sepas algo, ¿bien?

Menta. Una historia de Armin y Annie [Trilogía completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora