DESORIENTACIÓN

50 10 0
                                    

La superficie era muy acolchonada, y suave, verdaderamente suave, no podía abrir mis ojos aun, así que decidí confiar en mis otros sentidos, había un olor, era embriagante, deliciosamente embriagante, pero se sentía ajeno a donde me encontraba, como si, viniera de fuera. Extendí mi mano y palpé la superficie, estaba en una cama, pero, ¿Dónde? ¿un hospital? ¿la mansión Beckett? ¿mi habitación?

Continúe deslizando lentamente mi mano, hasta que toque algo que no debería estar ahí, algo que era duro y emanaba calor. Esto me asustó causando que abriera los ojos de golpe y que mi cuerpo se irguiera en seguida en un estado de alerta.

―Eh, tranquila, tranquila ―mis ojos tardaron un instante en acostumbrarse a la luz, pero cuando lo hicieron, esa sombra frente a mi tomo la forma del ser que más me estresaba en este momento ―hubieras puesto tu mano un poco más arriba y te denuncio por agresión sexual

―Gracioso. ¿Dónde estoy? ―Mi respiración era un poco irregular.

―Bienvenida a mi habitación, bueno, mi vieja habitación

Ahora que podía abrir plenamente mis ojos, me dedique a mirar en todas direcciones. Había muchas cosas interesantes, como, por ejemplo, varias estanterías repletas de trofeos y medallas, de lo que me imagino deberían ser deportes. No había nada adornando las paredes más que el simple papel tapiz, pero si había una que otra fotografía en la habitación.

Todo era tan pulcro, denotaba que nadie había vivido aquí en un buen tiempo. La habitación era de un color arena, un color que en mi opinión no iba con el aura de un adolescente; pero tomando en cuenta que esta casa se parecía más a un museo que a un hogar, el color y estilo de la habitación resultaba comprensible.

― ¿te gusta?

― La verdad, no. No hay nada de malo en ella, es solo que parece carente de vida.

― La verdad es que siempre no fue así, hace algún tiempo había más cosas. aunque, lo cierto es que no pasaba mucho tiempo aquí ― musitó mirando las cortinas color verde seco que adornaban el gran ventanal de la habitación.

― ¿viajabas mucho o algo parecido?

― Siempre estuve en internados en diferentes partes del mundo. Solía ser un poco problemático en cada uno de ellos, así que me vetaban con frecuencia

― Suena a ti ― después de eso nadie volvió a hablar, hasta que decidí volver a romper el silencio diciendo algo tan banal ― umm, ¿podrías decirme la hora?

― ¿Por qué? ¿tienes una cita? ― Rodé los ojos hasta el cielo en respuesta

―Eso no es de tu incumbencia

― Lo es, el anillo en tu dedo lo dice ― mierda, eso se siente como una bofetada en la cara

Suelto un fuerte suspiro y me dejo caer de nuevo en la mullida cama. ¿Qué se supone que le conteste? "Si, tengo una cita con otro hombre que en realidad me interesa".

― Solo quiero ir a casa ― eso era mitad verdad, mitad mentira

― Son exactamente las 02:00pm ― dijo mirando el flamante reloj que llevaba en la muñeca derecha

― Tengo que irme, el chofer debe estar esperando abajo ― hice un nuevo intento por levantarme, aunque me sentía un poco mareada, así que desistí ― ¿Por qué haces ese gesto? ― No obtuve respuesta ― ¿Dónde está mi chofer? ― Solté haciendo una pausa dramática entre cada palabra

― Lo envié de regreso a la mansión de tus padres.

Genial, ¿y ahora como regresaré?

―Yo te llevaré de regreso, solo después de que reposes otro rato más ― fue como si hubiera leído mi mente

―De acuerdo, solo pásame mi teléfono para revisar que no tenga nada pendiente.

― Eso no podrá ser, el reposo incluye nada de pantallas, lo siento

―Eres un pesado ― susurré dándome la vuelta hacia la derecha en la cama, dándole la espalda.

💎💎💎💎💎

POV SCOTT

Me dio la espalda, esto me daba una perfecta panorámica de su trasero. El estar así, en la misma cama, pero en silencio y con cierta lejanía, resultaba verdaderamente desesperante, y era aún más desesperante el pensar que así sería mi vida junto a ella. Aunque, si ella estaba viva, no me importaría no sentirla cerca en mi cama.

Podía escuchar su respiración, y el leve ruidito que hacia al jugar con la sortija entre sus dedos. También podía ver como se movían sus pies descalzos por debajo de la manta que había puesto encima de ella cuando la recosté hace tan solo unas horas.

Yo estaba estático, estaba casi en la misma posición que hace un rato cuando intente tomar su mano, solo que ahora mi espalda estaba recargada en la cabecera de la cama. Estaba leyendo unos documentos en mi tableta mientras ella dormía, pero ahora que estaba despierta, no podía concentrarme en lo que estaba haciendo anteriormente.

Abrí y cerré varias veces la boca antes de dignarme a emitir sonido alguno.

― ¿Quieres hablar sobre lo que paso allá abajo?

― No

― No tienes que decirme todo si no quieres

― No quiero decirte nada

― Algún día tendrás que hablar al respecto

― Ese día no será hoy

― De acuerdo, pero si cambias de opinión aquí estoy.

― Serias la última persona con quien hablaría al respecto.

― Seré la primera con quien querrás hablar después de mostrarte esto ― dije levantándome de la cama, fui hacia una de las estanterías y tomé de uno de los estantes una fotografía. ― Toma, mírala ―me senté de nuevo sobre la cama.

Ella se giró, y pude ver su rostro nuevamente. Se sentó y tomó la fotografía con sus dos manos. Yo solo la observaba, vi cómo pasó sus dedos sobre el cristal que protegía a la fotografía del exterior. De un momento a otro sus manos empezaron a temblar, toda ella temblaba, su rostro se puso rojo y las lágrimas empezaron a surcar sus mejillas, soltó la foto y se abrazó a si misma mientras sollozaba.

Lo único que se me ocurrió hacer fue rodearla con mis brazos y rezar para no rechazara mi gesto.

En ningún momento lo hizo.

UNKNOWN [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora