PRÓXIMA VEZ

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POV SCOTT

Era ella, de nuevo, dijo que no habría una próxima vez, y sin embargo aquí está, bailando frente a mí. Para mí.

Sus movimientos son tan sensuales, la manera tan provocativa con la que desliza sus manos sobre su cuerpo hacen que quiera ir allá y ser yo quien se encargue de recorrerlo una y otra vez. Ella es tan espectacular como aquella noche, la única diferencia es que en este momento no podía observarla con detenimiento debido a la escasa luz de la habitación, solo podía ver su silueta moviéndose en la oscuridad. Aún con toda esta oscuridad logré notar que traía puesto el antifaz, esto no parecía un encuentro casual, este era un caso premeditado, ella sabía que estaría aquí, y eso solo podía significar una cosa, ella tampoco podía mantenerse alejada de mi.

Bailaba al ritmo de “where are you?” De Elvis Drew, esa canción expresaba justamente lo que he estado pensando en estos últimos días después de verla aquella noche de santos y pecadores.

Is it there? Or is it here?
Where you hiding? I just want you to come in
Where you hiding? I just want you to come in

Where are you?
Giving all I can to find you

No pude contenerme más, me levanté y fui hasta donde ella, me acerque peligrosamente, pero ella me tomó de la mano y me condujo de nuevo al fondo de la habitación. Era obvio que quería jugar conmigo, ella quería hacerse desear lo suficiente, quería que supiera que de una forma u otra, resultaba inalcanzable para mi.

Me empujó levemente, provocando que cayera de nuevo en el sillón, esta vez fue ella quien se acercó peligrosamente a mi, sentí su aliento en mi boca, olía a tequila y a Channel no. 1; sus manos se posaron a ambos lados de mi cabeza y una de sus rodillas se encontraba hundida en el espacio que había entre mis piernas; no pude evitar posar nuevamente mis manos en ella, coloque ambas manos en su cintura desnuda y la atraje hacia mi, fue inevitable esbozar una sonrisa al oír como decía algo entre dientes por la sorpresa.

Si antes estaba cerca, ahora lo estaba aún más. Mis manos se desplazaron desde su cintura hasta sus caderas, mientras mis manos bajaban logré percibir como su cuerpo se estremecía ante mi toque, escuché como se esforzaba para no soltar un jadeo.

—Y ahora… — ronroneó muy cerca de mis labios.

—Ahora… me gustaría quitarte este lindo vestido—mis labios rozaron levemente los suyos al hablar.

—Bueno, en ese caso, debería irme—intentó apartarse, pero la sostuve fuerte.

—¿De verdad?—no podría entenderlo, para que molestarse en montar este teatro si a final no pasaría nada.

—Si, ¿acaso creíste que te lo pondría tan fácil?—Preguntó ladeando la cabeza hacia un lado, esto me permitió ver la hermosa piel de su cuello.

—Ni siquiera sabes quien soy —Pase mi mano por su cabello, coloqué un mechón detrás de su oreja.

—Oh, lo sé, y tu también sabes quien soy yo—susurró pasando uno de sus dedos sobre mi labio inferior.

—¿Ah si?

—Si, en tus sueños más obscenos y pecaminosos me has visto

—No estés tan segura de ello

—Cariño, te tengo debajo de mi, puedo sentir lo que provocó en ti — comienza a frotarse sobre mi lentamente, y ahí está, mi maldito miembro traicionándome — ¿sientes eso? Eso es lo que yo te hago sentir, lo que te hago desear.

—Y sin embargo, te niegas a darme el control absoluto de ello.

—Aún no estás listo para ello.

—¿Y cuándo lo estaré?

—Pues… no lo sé

—¿Y qué si me siento listo ahora? —Mis dedos tiraron levemente del dobladillo de su top.

—Vayamos un paso a la vez, debes saborear el momento—sus manos se deslizaron por mi pecho.

—Te gusta mantenerme expectante, ¿disfrutas viendo como me pone tenerte tan cerca como ahora? — acaricie la piel de uno de sus muslos, puede sentir como se le erizaba la piel.

—Tienes razón, esto…

La besé apasionadamente, invadí su boca por completo, al principio se quedó quieta por la sorpresa, pero después, dios, fue como si ella también lo quisiera. Tan solo unos segundos después nuestras manos también  empezaron a formar parte del juego, explorando y perdiéndose aquí y allá. Así fue durante un par de minutos, solo fuimos eso.

—Quítate el antifaz… por favor—le suplique, si, lo hice. Ambos teníamos la respiración agitada a causa de aquel beso. Ella se detuvo y lo medito durante un par de segundos, parecía indecisa, pero al final posó sus manos detrás de su cabeza para desatar el antifaz.

—Si es lo que quieres…

Lo que pasó después fue bastante irónico; cuando la vi por primera vez, lo que hizo que pudiera acercarme a ella fue una llamada, y ahora, lo que me hizo perderla fue eso, una llamada, una maldita, insignificante y jodida llamada.

Un momento la tuve, estuve tan cerca. Esa maldita llamada le dio el tiempo suficiente para irse, para evaporarse de la habitación. Cuando gire de nuevo, ya no estaba, pero, me había obedecido, se había quitado el antifaz.

Y lo había dejado en el sillón, como la Cenicienta había dejado su zapatilla de cristal en el castillo. Claro que, desde luego, yo no era ningún príncipe, mas bien era la bestia, y por lo que sabía, yo ya pertenecía a otra princesa.

Escuché mi risa histérica por lo bajo.

UNKNOWN [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora