ESTO ES UN ADIÓS

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POV MACKENNA

Caminé por las calles hasta llegar a un lugar, los pies me mataban por todo el trayecto que había recorrido en la última hora. Lo más sensato hubiera sido tomar un taxi, pero yo no era muy sensata en estos días.

Llegué al edificio, entre al ascensor y subí hasta el piso indicado. Estaba frente a esa puerta, estaba a punto de tocar, con el puño en alto me arrepentí, pero al final decidí nadar a la mierda a mi arrepentimiento y comencé a tocar puerta. Mientras tocaba la puerta una y otra vez mis ojos empezaron a humedecerse.

—Eh, ¿que pasa?—Me preguntó Grayson apenas abrió la puerta. Me hizo pasar al interior del lugar.

—Se terminó—Le dije limpiando las lágrimas que estaban empezando a escapar de mis ojos.

—¿De que hablas?—si lo pienso bien, debería verme como una loca.

—He ido a donde Scott y le he devuelto el anillo—Le mostré la mano en donde horas antes aún reposaba el anillo de compromiso.

Sus ojos se iluminaron, otro más que tenía un pensamiento equivocado esta noche.

—Eso es fantástico, eso que quiere decir que… ¿por qué lloras?—puso sus manos en cada uno de mis hombros y me hizo mirarlo a los ojos. Ese brillo de satisfacción sabia sido reemplazado por preocupación.

—Porque, uumm lo de Scott no es lo único que tiene que terminarse—Dije sorbiendo por la nariz. Pasé mi mano por mi mejilla tratando de secar mis lágrimas, lo cual era una tarea un tanto imposible.

—Aguarda, si te refieres a nosotros, todo esta bien, Jane tendrá que aceptarlo, ella…—Jane Jane Jane, ella solo era la punta del iceberg, esto era más complicado que el odio que ahora ella me tenía.

Por mi egoísmo había perdido a mi única amiga, y ahora estaba por perder a mi amigo.

—No, esto tiene que acabarse. Me he prometido a mi misma que no te haré mas daño. Espero que lo entiendas—Y una vez más su semblante había cambiado, y no para bien.

—No, no entiendo. Nada de esto tiene sentido. Por fin eres libre, podemos estar juntos—Su optimismo era molesto, porque yo quisiera ser así, quisiera poder la vida de la manera en la que él la veía.

—Si, soy libre. Y eso significa que tu también puedes serlo. Cuando Jane hizo lo que hizo esta mañana , entendí que esto estaba mal, ella fue lo que necesitaba para darme cuenta que todo, absolutamente todo en mi vida estaba mal.

Era cierto, ella y la carta de Raleigh fueron lo último que necesitaba para caer en cuenta que todo lo de los últimos días estaba mal, y que necesitaba hacerle frente a todo, absolutamente todo.

—Mackenna..—empezó.

—No, no digas nada mas. Fue maravilloso estar contigo, en verdad lo fue— dejé que me rodeará con sus brazos, y yo también lo rodee con los míos.

Y así nos quedamos durante un par de segundos más, ninguno dijo nada, simplemente nos limitamos a quedarnos abrazados, sus labios y nariz rozando mi cabello, y mi rostro en su pecho.

De un momento a otro me aparte de él y me dirigí a la puerta.

—Adiós

Giré el pomo y salí del lugar.

***

Caminé hacia el parque más cercano, y sentada en una de las tantas bancas esperé a que el chófer de la familia viniera a buscarme.

Una vez más en la oscuridad dejé que mis lágrimas fluyeran con libertad.

Cuando el chófer llegó, inmediatamente subí al auto. Y cuando preguntó a dónde quería ir, solo pude decir una cosa.

—A casa.

UNKNOWN [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora