EL PESO DE UN ANILLO

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La fiesta siguió su curso, pero en lugar de sentirme dichosa como la mayoría de los invitados esperaba, comencé a notar el peso del anillo que había empezado a adornar mi dedo. Tan pronto como se disipo el momento de la propuesta convencí a Scott de que debía regresar a mi habitación a retocarme el maquillaje, a lo cual el accedió.

Subí a paso decidido a mi habitación, tan pronto como llego cierro la puerta con el cerrojo, me desplomo. No puedo creer lo que he hecho, le he dicho que si a pesar de que mi corazón me imploraba que saliera corriendo de esa estancia. Estoy tan enfrascada en mis pensamientos que no me doy cuenta que hay alguien de espaldas a mi sentado en mi cama.

Grayson

Pero, ¿Qué hace aquí? Lo vi desaparecer de la estancia, pensé que se había ido después de presenciar aquello, yo lo hubiera hecho.

― ¿Por qué le dijiste que sí? ― su voz suena distante, como si estuviera en cualquier otro lugar, menos aquí.

― no lo sé, solo lo hice ― susurro mientras me desprendo de la sortija y la paso por mis dedos.

― ¿Solo lo hiciste? ¿es que no te detuviste a pensarlo ni siquiera un poco? ¿no pensaste en lo que yo podría sentir al escucharte decirle que lo amas? ― me grita con amargura mientras se levanta de la cama para darme la cara. Quiero volverme pequeña, tan pequeña que nadie pueda notarme, ni tampoco la miseria que me embarga en este momento.

― perdón, en serio. Pero yo nunca te dije que estaríamos juntos. Tú sabías lo que pasaba, no es mi culpa que te hayas ilusionado como una simple colegiala. ― le espeto con furia. Sé que la persona a la que debería gritarle no está en la habitación, pero no puedo contenerme. Tengo suerte de que mi habitación este lo suficientemente lejos del salón y que en el haya mucho ruido porque de no ser así esto acabaría con la reputación que me queda.

― dime, que lo amas, dime que preferirías su toque antes que el mío, dime eso y me voy ― siento sus manos estrujando mi cara, esta posición me obliga a mirar directamente a sus ojos, puedo sentir el maquillaje corriéndose entre mis mejillas y sus dedos.

Quiero decirle la verdad, quisiera decirle que no sé lo que siento, decirle que su forma de besarme me descoloca por completo, pero no sé de qué manera, quisiera decirle que, si hubiera estado en mis manos elegir con quien pasar este cambio en mi vida, quizá y solo quizá lo hubiera escogido a él. En verdad lo único que quería hacer en este momento era inclinarme un poco hacia el para poder besarlo y sentirme bien, sentirme libre y prometerle que intentaría amarlo, que lo haría por él y por mí, por nosotros. Pero no puedo hacerlo, frente a la sociedad yo pertenezco a alguien más.

― sabes perfectamente que no puedo decirte algo como eso, créeme cuando te digo que quisiera no tener este anillo en mi dedo, pero ya es tarde para hacerlo, es tarde para nosotros, y yo te lo dije, te lo dije ese día antes de que me besaras, pero no me escuchaste. Y lo siento.

no dice nada, su boca no emite sonido alguno, solamente siento sus manos dejando mi cara y su cuerpo poniendo distancia entre nosotros, lo escucho salir cerrando la puerta con un ligero clic. Quiero correr detrás de él, pero lo único que hago es dejarme caer de rodillas y sollozar.

No estaba segura de lo que en realidad sentía, definitivamente no era amor, pero si era más de lo que podría llegar a sentir por Scott, ¿Por qué debía terminar así? ¿Por qué tenía que convertirme en la Señora Becket? un nuevo pensamiento tomo un lugar en mi cabeza, era algo estúpido pero necesario, así que me levante rápidamente y Salí de la habitación corriendo a grandes zancadas, fui lo suficientemente rápida como para alcanzar a Grayson antes de que lograra bajar las escaleras, gracias a dios que el pasillo era inmenso, por lo que Grayson no pudo avanzar una gran distancia en tan corto tiempo. Cuando llego a él lo primero que hago es tratar de apretujarlo contra la pared.

― espera, no quiero que te vayas ― digo tratando de contener la respiración. El parece sorprendido, pero eso no dura mucho ya que en un instante su boca esta sobre la mía, puedo sentir su desesperación, ahora soy yo la que se encuentra contra la pared.

― detente, alguien podría vernos ― dice entre jadeos.

― la cuestión es, que no quiero detenerme ― musito mientras deslizo mis manos por su cabello. Eso parece ser suficiente para él, porque en un solo movimiento he dejado de estar contra la pared para ser arrastrada de nuevo hasta mi habitación.

Al entrar a la habitación cierro la puerta con pestillo, él no se ha despegado ni un solo momento de mí, sus labios siguen sobre los míos, su lengua luchando contra la mía, fundiéndose en un baile infinito, lo tengo tan cerca que puedo sentir el bulto creciendo dentro de su pantalón. Esto está mal, pero se siente jodidamente bien dice una vocecilla en mi cerebro.

― he esperado este momento por años ― lo escucho jadear sobre mi boca

― entonces no esperes mas ― susurro en respuesta.

Al escucharme decir eso sus manos y sus labios responden como un acto reflejo, puedo sentir sus manos bajando de mi cintura hasta mi trasero mientras sus labios van desde mi boca hasta cuello, estamos a punto de pasar a algo más cuando alguien toca la puerta. Se de quien se trata antes de escuchar su voz.

Mierda Scott.

― ¿Mackenna está todo bien? Perdón por como sucedió todo allá abajo, sal, tenemos que brindar para dar por terminada la fiesta ― dice en tono aprensivo

― estoy bien, en seguida salgo ― por favor que se vaya, por favor que se vaya.

― te esperare afuera, no puedo bajar sin ti

Grayson sigue con sus manos en el mismo lugar, pero los besos se han detenido, el simplemente está mirándome, tratando de adivinar mi próximo movimiento.

Dejo caer mi rostro en el hueco que existe entre su cuello y hombro y aspiro hondo, tratando de que su esencia se quede grabada en mí y me ayude a resistir lo que queda de la noche.

― deberías ir ― susurra contra mi oído. Sus manos ya no están más en mi trasero, más bien se encuentran prendidas de mi cintura, en un vago intento de resistencia a mi próxima lejanía.

― debería, pero no quiero hacerlo, quiero quedarme aquí ― respondo en un tono de voz tan bajo que apenas es audible para los dos.

― ve, yo esperare aquí hasta que vuelvas ― murmura besando mi cabello

― de acuerdo

Me separo de el a regañadientes y me miro frente al espejo, hago lo mejor que puedo por reparar los desperfectos que el contacto de Grayson ha dejado tanto en mi maquillaje como en mi cabello, al menos no le dio tiempo de quitarme el vestido, sino esto hubiera sido un verdadero problema.

Me arreglo lo mejor que puedo, incluso vuelvo a aplicar un poco de perfume para disimular la fragancia masculina de Grayson, antes de decidir salir devuelvo una última mirada al espejo. estoy a punto caminar hacia ella, pero algo me impide hacerlo.

― espera, olvidaste esto ― susurra al mismo tiempo que toma mi mano y desliza la sortija en mi dedo anular. Debí haberla soltado cuando Salí corriendo tras él.

― gracias, debo irme ― deposito un casto beso en sus labios y le hago una señal para que se pare detrás de la 'puerta, a lo que el obedece a la perfección. Quito el pestillo y salgo al pasillo donde Scott se encuentra reclinado en la puerta de enfrente esperándome.

― ¿lista?

― lista

Lo tomo del brazo y rezo por todos los dioses para que no perciba el olor a deseo que emana mi cuerpo.

UNKNOWN [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora