CAVILACIONES MATUTINAS

146 51 1
                                    

Jane logró aportar un poco de tranquilidad a mi día, después de contarle todo sentí que la tención lograba disiparse. Me dirigía a casa, si es que así podía llamarle a aquella monstruosidad hecha a base de madera, mármol y concreto, la carretera estaba abarrotada de autos a esta hora del día, las familias iban de aquí para allá junto a sus pequeños. Debo admitir que me da un poco de envidia por toda esa gente que se encuentra en la calle, todos ellos eligieron que tipo de vida tendrían que vivir, aquellas mujeres pudieron elegir quien sería el hombre que las acompañaría el resto de su vida, ¿y yo? Yo solo soy una chica de 25 años cuya familia tiene una fortuna valuada en miles de millones, cualquiera desearía tener lo que yo tengo, fama, poder, dinero, prestigio, pero, yo daría todo lo que tengo con tal de que mi vida fuera mía y no de la compañía de mi padre.

La carretera se desmorona bajo los neumáticos de mi jeep, sino fuera por lo que amenaza con quemarme en carne viva diría que es un domingo perfecto. Paso por la avenida donde se encuentra mi antiguo departamento, debí haberme quedado allí cuando volví de Rumania hace un año, pero con lo que paso no fui capaz de rechazar las suplicas de mi madre para que volviera a la mansión. Hay tráfico, pero no demasiado como para retrasarme, freno en un semáforo en rojo y dirijo la vista a mi teléfono que se encuentra en el asiento del pasajero, el semáforo se pone en verde cuando este empieza a sonar, lo tomo sin despegar la vista de la carretera y contesto.

― ¿Diga? ― respondo al segundo timbrazo.

― Mackenna ―Grayson.

― Oh, hola Grayson ―Le saludo.

― Necesito verte, ya tengo la información. ¿quieres que vaya a tu casa? ― Pregunta, su voz suena ansiosa.

― No estoy ahí ahora.

― ¿En dónde estás?

― Me encuentro a unas calles de Chicago Cultural Center. Oye, ¿recuerdas el restaurant cerca de mi antiguo departamento, en Millenium Park? ― Pregunto mientras detengo el auto en una esquina.

―Sí, te veo allí en 15 minutos.

―De acuerdo ―digo antes de colgar, poniendo el auto en marcha y girando de vuelta a Millenium Park.

En tan solo unos minutos más tarde me encuentro aparcando al otro de la calle frente al Cindy's restaurant. Salgo del auto y me dirijo al restaurant.

En cuanto tiro de la manija de la puerta el olor a comida y recuerdos me golpea, este restaurant encierra gran parte de mi vida, apenas entro alguien dice mi nombre.

―Mackenna hola, ¿Dónde has estado? Hace tiempo que no vienes ―Dijo una mujer un poco mayor escrutándome con sus ojos llenos de calidez

―Hola Eva, siento no haber venido es solo que no podía hacerlo ―Digo cada vez con un tono de voz más bajo.

―Lo sé, fue una tragedia para todos― Dice abrazándome. Eva era como una segunda madre para mí, desde que compré mi departamento empecé a venir aquí.

―Lo sé ― digo aferrándome a ella, mientras reprimo los recuerdos que empiezan a acumularse.

― ¿La mesa de siempre? ―Pregunta con una mirada llena de aprensión.

―Si por favor― Musito tratando de sonreír

Eva me conduce a una mesa en la zona del jardín, en donde el ambiente es tan confortable. Al instante distingo esa mesa, nuestra mesa.

― ¿Podrías traerme una taza de té negro? ―Le pregunto llegando a la mesa

―Claro, enseguida vuelvo ―Dice alejándose por donde vino

Cuando por fin estoy sola toco la superficie de la mesa con las yemas de mis dedos y por fin dejo que los recuerdos me invadan. Me derrumbo en la silla y dejo que todo lo que siento tome el control de mi cuerpo. 

UNKNOWN [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora