OH CENICIENTA, CENICIENTA

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POV JANE

No había visto a Mackenna desde hace semanas, todo esto era tan complicado para ella, pero también había alguien que me preocupaba aún más. Grayson tampoco había hablado conmigo desde la fiesta de compromiso de Mackenna, no sabía que era de el; quizá estuviera devastado, o lo estaba llevando mejor de lo que esperaba.

Me encontraba frente a la puerta de su apartamento, pensé que quizá debería irme y dejarlo respirar, pero era mi hermano, no podía dejarlo solo, solo yo sabía que tanto le importaba ella.

Toque la puerta un par de veces, bien podía usar las llaves que estaban bajo el extintor, pero quise darle un poco de espacio. Era sábado por la mañana, esperaba que con algo de suerte la razón por la que no abriera la puerta es porque estuviera con alguien.

Probé de nuevo, si no habría en los próximos cinco segundos, me gustaría imaginar que seria lo suficientemente capaz como para derribar la puerta. Pero no hizo falta, la puerta se abrió, y tras ella un hombre joven y adormilado y con el cabello revuelto me invitaba a pasar.

—Jane.

—¿Qué te sucede? Suenas como si fuera la primera vez que me ves—lo mire frunciendo el seño.

—No, es solo que no pensé en verte hoy, ¿Por qué no me llamaste para avisar?

—Lo habría hecho si hubieras contestado alguna de las llamadas o mensajes que debe en tu teléfono en los últimos días.

—Oh mierda, lo siento. He estado ocupado.

—Ya lo creo. Escucha solo vine a ver como estabas, se que lo de Mackenna no debe ser sencillo para ti. Supongo que después de su ruptura con Colton creerías en una oportunidad —Caminé por la sala de su departamento, todo lo sucia limpio, pero desaliñado, había algunas cosas fuera de su lugar.

Fue entonces cuando lo vi. Allí escondido, resplandeciente entre el espacio en la alfombra y el sillón; no diría que Gray era un estúpido por no haberlo visto, pero es que era tan discreta la posición  en donde se encontraba, solo alguien que presta a los detalles podría notarlo, y ese alguien era yo.

—¿Gustas algo de beber?—su voz me volvió a la realidad.

—si, claro, un té por favor— dije mirándolo, le dirigí una leve sonrisa, sentía  curiosidad por ver que era exactamente eso que resplandecía, o aún mejor, saber a quien le pertenecía.

El fue directo a la cocina y cuando estuve fuera de su vista me agaché a recoger el objeto en el suelo.

Lo tomé en mi mano, era un zarcillo, pero no era uno cualquiera, yo misma lo había comprado, y después lo había obsequiado. Aunque cualquiera podría tener un par igual, solo había un par en todo el mundo con la marca MW en el reverso, y yo sabía exactamente a quién le pertenecían.

—¿Qué estás haciendo ahí abajo?

Me levanté y me encontré con la mirada curiosa de Gray, traía dos tazas, una en cada mano.

—Oh, tire mi anillo sin querer, ya sabes, esos estúpidos anillos que no suelen embonar en mis delgados dedos, siempre pasa. En fin, acabo de recibir un mensaje, al parecer hay un problema con algo de la galería.

Hice un ademán a mi teléfono y tomé el bolso que debe en la mesilla de centro.

—Entonces, ¿te vas?—Preguntó dejando las dos tazas en la mesilla.

—Si. Pero, me gustaría que almorzáramos juntos, ya sabes como antes.

—Claro, seria estupendo.

UNKNOWN [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora