¿SANTOS O PECADORES?

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POV MACKENNA

Grayson condujo por lo menos unos veinte minutos hasta llegar a un club nocturno llamado KÉK VÉR.

―No había oído hablar de este lugar antes.

―Es porque es nuevo, una vez al mes hacen una fiesta exclusiva para darse a conocer un poco más.

―Vaya ¿estamos invitados?

―Aquí todos son bienvenidos, pero si, fuimos cordialmente invitados ―Dijo mostrando una invitación color negro mate. Eso me recordó que sería mejor ponerme el antifaz.

Cuando se llegó nuestro turno con el valet parking, no pude pasar desapercibida la mirada que me dirigió el valet al abrirme la puerta del auto, bueno, no fue uno sino ambos, el que se encarga de llevar el orden me entrego una tarjeta. Cuando la leí hice todo lo posible por reprimir una risa, pero fue imposible evitar sonreír.

― ¿Que sucede?

―Toma, es para ti ―Dije extendiendo la tarjeta hacia el

―Deberías adelantarte, tengo un par de asuntos que arreglar ―Sonrió con malicia mientras miraba al chico que me había pasado la tarjeta.

―Payton déjala pasar, viene con él ―Gritó una voz tras de mi tras de mí. El guardia desengancho el cordón rojo que cortaba el umbral de la puerta. Pude oír las exclamaciones, de protesta y otras de admiración por parte de unas chicas que se encontraban esperando en la fila, les dirigí una intensa mirada antes de entrar.

El ambiente me resultaba verdaderamente ensordecedor. La encargada del guardarropa se encarga de mi abrigo y mi bolso, no sin antes pedir mi nombre para anotarlo en la lista y en una tarjeta junto con mis cosas para después poder reclamarlas. No podía decirle el verdadero, asi que opte por decirle mi segundo nombre junto con el apellido de soltera de mi madre.

―Evolet, Evolet Hardy ―La empleada anota mi nombre y su ayudante se hace cargo de mis prendas.

Después de eso di unos cuantos pasos más para cruzar otra puerta, la puerta que me llevaría finalmente al interior. Al cruzar la puerta pude ver que había un pasillo en semicírculo que al parecer llevaba a las salas privadas, pero yo descendí por la escalinata que llevaba a la zona común donde se encontraban varias mesas, la barra y porsupuesto, la grandiosa y abarrotada pista de baile.

Mi primera sensación al entrar fue un leve pitido en los oídos a causa del alto volumen de la música. Hacía mucho tiempo que no venía a un lugar así, así que decidí dejarme llevar.

De pronto empezó a sonar una excelente canción y comencé a bailar dejando que la música y la multitud me envolvieran.

Por primera vez en un buen tiempo deje ir todo lo que conllevaba ser quien soy, cerré mis ojos y solo me concentre en mover mi cuerpo al zon de la música...

You keep making it harder to stay
But I still can't run away
I got to know why can't you
Why can't you just let me go?

Prisoner, prisoner
Locked up
Can't get you off my mind, off my mind
Lord knows I tried a million times, million times
Why can't you, why can't you just let me go?

Prisionera, eso era, una prisionera, atrapada por algo de lo que no era capaz de desprenderme, mi linaje.

Pero esta noche, aquí y ahora, solo era una chica, una chica que bailaría hasta que el alba llegara.

En medio de todo el traqueteo pude sentir como un par de manos se deslizaban sobre mi cuerpo, conocía esas manos.

―Aquí estas. Diría que fue difícil encontrarte, pero la verdad es que solo tuve que ver hacia donde se dirigían las miradas cargadas de admiración y deseo por parte de todos los hombres, y algunas mujeres del lugar ―Susurró contra mi oído, podía sentir su aliento quemando mi cuello.

―Vaya ¿alguien está un poco celoso?

― ¿De ellos? para nada, solo hay un hombre del que estoy verdaderamente celoso. Pero no esta noche; esta noche yo soy tuyo, y tú eres mía, solo mía.

―Ummm ―Ronroneé pegándome aún más a su cuerpo.

Y así continuamos durante unos instantes más, hasta que el encanto se vio roto por una llamada.

💎💎💎💎💎

POV SCOTT

Ella era simplemente espectacular, la manera en que su cadera se movía al compás de la música, el cómo su vestido se ceñía perfectamente a su silueta dejándome entrever parte de su hermoso y bien contorneado cuerpo.

La mire desde un rincón en el club, la música estaba a todo volumen y las luces de distintos colores cambiaban continuamente, pero yo solo podía notarla a ella. Note su presencia desde que entro al lugar enfundada en ese corto vestido de satén color rose gold y sus tacones altos. Al parecer su cabello era bastante claro, aunque desde aquí no podía saberlo con toda seguridad.

Lo que más me intrigaba era su antifaz, se suponía que la temática de esta noche era santos y pecadores, los santos usaban mascaras color blanco mientras que los pecadores las usaban de color negro, pero la de ella era gris, así que no sabía si era una santa o una pecadora; una parte de mi deseaba que fuera pecadora.

Yo por definición era pecador, bastaba con el hecho de estar aquí para demostrarlo; se supone que voy a casarme con la mujer que amo, pero la verdad es que ella me detesta y yo no pienso besarle el trasero, al menos no metafóricamente. Necesitaba estar aquí, y el antifaz lo facilitaba, lo último que necesitaba era aparecer en un artículo de algún periodista amarillista y que todo el teatro que he montado en estos últimos días se cayera a pedazos.

Mientras tomaba un trago de bourbon me debatía en la posibilidad de ir a donde ella y pasar mis manos por todo su hermoso cuerpo mientras bailáramos para después poder posar algo más sobre ella. Desgraciadamente mis deseos fueron destrozados cuando alguien se le acerco y la rodeo con sus brazos; solo pude quedarme ahí mirándolos, pero él no sería suficiente para detenerme, ya que el solo hecho de que fuera de otro me hacía desearla todavía más.

Esperaría hasta que el bajara la guardia y se apartara de ella, afortunadamente para mí no fue mucho tiempo. Al parecer su teléfono empezó a sonar, bendita llamada.

La vi cercarse a la barra para después desaparecer en el pasillo que estaba junto a ella. Es mi oportunidad.

Dejo todo a un lado y voy tras ella.

―Cuidado belleza, podrías tropezar ―Dije tomándola del brazo ante el evidente hecho de que estaba a punto de tropezar y caer sobre sus propios pies.

―Apuesto a que te gustaría que tropezara y cayera justo en tu entrepierna. ¿no es así? ― me limite a sonreírle. es aún más hermosa de cerca, sus labios son carnosos y estaban pintados de un sumamente antojable tono carmesí.

―Esa sonrisa acaba de confirmarlo, pero la cuestión es que yo no pienso caer ― Hay algo en ella que me hace querer perderme.

― ¿Qué tan segura estas al respecto? Porque tu antifaz me dice que estas en el punto medio entre un ser y no ser ― Por primera vez me mira a los ojos, puedo ver el deseo en ellos; pero también algo más, algo que me resulta un poco familiar.

―Si lo que te interesa es saber si soy santa o pecadora, déjame decirte que soy ambas. Porque conformarme con una, si puedo ser la mejor versión de las dos. Claro que, desde luego, tu eres un pecador ― Murmura con una sonrisa en sus perfectos labios.

―Lo soy. Ahora la cuestión es, ¿estas dispuesta a pecar? ― Interrogo arrinconándola contra la pared.

―Por supuesto que sí, pero esta noche mi pecado no serás tú ― Dice pasando su mano desde mi pecho hasta mi abdomen para después detenerse en donde se encuentra mi cinturón, suelto un jadeo involuntario al sentir el calor que emana su mano al deslizarse un poco más abajo.

―Si sigues haciendo eso, la próxima vez no podré contenerme.

―No creo que haya una próxima vez ―Susurra besando la comisura de mis labios para luego apartase de mí.

―Espera. ¿Quién eres? ― Inquirí tomándola del brazo.

―Tú lo sabes, soy ese pecado que te mueres por cometer.

Se soltó de mi agarre, esfumándose, dejándome rogando por más.

UNKNOWN [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora