―Creo que después de todo si eres un santo, porque esto fue realmente divino ―musité besando su pecho.
―Ja. Y al parecer tu eres una pecadora, porque una santa no hubiera hecho lo que tu hiciste con estos labios ―dijo tomándome del mentón pasando su dedo pulgar por mi labio inferior.
― ¿Quieres ver que más saben hacer estos labios? ―susurré tan cerca de sus labios como pude.
―Por supuesto que si ―sus labios comenzaron a devorar los míos.
―Ummm ―jadee en su boca.
Y una vez más fuimos uno mismo, sin ataduras ni restricciones; solo nosotros dos, enteramente el uno del otro, al menos por esta noche.
***
El reloj marcaba la media noche, ambos nos encontrábamos recostados en la cama, nuestros cuerpos entrelazados de tal manera que parecíamos ser uno solo. Sentía como sus dedos subían y bajaban por mi espalda desnuda al mismo que yo escuchaba latir su corazón, aun había una capa de sudor cubriendo nuestros cuerpos, haciendo que las sabanas se adhirieran a ellos como una segunda piel.
Grayson se había quedado dormido apenas un par de minutos antes.
Todo estaba en absoluto silencio, lo único que podía escucharse dentro de la habitación eran nuestras respiraciones acompasadas y el leve murmullo del exterior. Todo este momento mi mirada estuvo dirigida al gran ventanal sin cortinas que había en la recamara, podía ver el cielo nocturno y el reflejo que hacían las luces en los cristales de los otros rascacielos; fue imposible no verlo, era uno de los edificios más altos de toda la ciudad, y era casi mío, casi.
Pasaron pocos segundos antes de que notara que detrás de él se cernía otra monstruosidad de concreto y piedra, era el edificio de los Beckett, abandoné la seguridad que me brindaba el pecho de Grayson, lo escuche decir algo inteligible mientras me removía intentando sentarme sobre la cama para poder observar mejor, pero fue inútil, no podía verlo desde este ángulo. Tomé la sabana para cubrir mi cuerpo mientras me deslizaba fuera de la cama, mis pies descalzos tocaron la mullida superficie de la alfombra que adornaba la habitación, desgraciadamente solo cubría el contorno de la cama, porque al acercarme al ventanal sentí como mis dedos se helaban al tener contacto directo con el suelo frio.
Haciendo un puño con la sabana sobre mi pecho, me acerque cada vez más al ventanal, mi reflejo se hacía cada vez más claro a medida que me acercaba más y más al cristal. Cuando por fin estuve lo suficientemente cerca pude verlo detenidamente, el edificio era alto, quizá uno o dos pisos más alto que Wittmore Group, mi mente apostaba a que las oficinas del personal más importante debían ser igual de ostentosas como la casa de los Beckett, bueno no solo las oficinas, sino todo el edificio en sí debería parecer un museo, o por lo menos una galería de arte.
No fui consiente de cuando empecé a morderme el labio hasta que saboreé el característico sabor metálico de la sangre. Maldije por lo bajo.
Durante un rato me dediqué a pensar en todo lo que pasaba ahora mismo, sobre el cómo mi vida había cambiado en una mañana. Inconscientemente alcé la mano hacia el cristal, tocando la parte en donde se reflejaba el edificio de mi familia, tratando de rozarlo con las yemas de mis dedos como si en verdad fuera real.
Me cuestionaba el que era lo correcto. En que de haber sido Raleigh el que se encontrara en esta situación, él hubiera sabido que hacer; pero desgraciadamente él ya no estaba más. Y eso me rompía el corazón.
Miré un rato más hacia la noche, recordaba el cómo las chicas del club me miraban con admiración y envidia; la verdad era que lo que ellas envidiaban era algo realmente vano. Si, tenía muchísimo dinero ¿pero a que costo? He dejado que ese mismo dinero me prive de mi libre albedrio. Y en cuanto a la admiración, ¿de qué mierda se admiraban? ¿de un estúpido vestido? Si, era costoso, pero no lo suficiente como para ser inaccesible para el público. Mirándolo en retrospectiva, era yo quien debería tenerles un poco de envidia, si bien su vida no está llena de comodidades como la mía, al menos la de ellas es enteramente suya, los pros, los contras, todo eso es suyo.
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UNKNOWN [Editando]
Romance¿Qué es el matrimonio?, a menudo pensamos y definimos como una meta en la vida llegar al matrimonio, a casarnos con esa persona que nos eriza la piel y que no podemos dejar de mirar. Yo pensaba que eso era parte del matrimonio, pero he llegado a una...