EL ÁLTER EGO

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POV MACKENNA

Habían pasado cuatro días desde lo sucedido en el invernadero, y durante estos mismo cuatro días me había encargado de llenarme de preguntas una y otra vez, todas ellas sobre diferentes cosas que al final me llevaban al mismo lugar, al mismo oscuro callejón sin salida.

Grayson me había escrito un par de veces, pero ante mi persistente renuencia a responder todos y cada uno de ellos, dejó de hacerlo, creo que es mejor así, para ambos.

No sabía que era lo que me estrenaba más de todo esto, el hecho de que Scott se comportara en cierto modo como un caballero, o el hecho de que me sentía como una horrible persona al haberme acostado con alguien cuando todo parecía indicar que Scott estaba poniendo de su parte para que esto funcionara, o peor aún, que esa persona haya sido Grayson, la única persona que si se lo pidiera, saltaría desde un avión en las alturas sin paracaídas sin dudarlo; carajo, soy una mala persona… o al menos me sentía como una.

En todos estos días, la florecilla me gritaba desde el jarrón “eh sigo viva y resplandeciente” y eso me hacia envidiarle, porque la última vez que yo me sentí viva y resplandeciente fue haciendo algo que no debería siquiera haber rondado por mi mente en ese entonces, porque a pesar de sentirse tan bien, presentía que si se supiera, el daño sería catastrófico y una colisión seria inminente, y lo último que necesitaba ahora es agregar más peso a mi carga.

Demasiado tarde, ya lo has hecho, haz rebasado el límite y tu mente te está matando porque en lo más profundo de ti, sabes que quieres, y necesitas, hacerlo de nuevo.

Una y otra, y otra vez hasta que esa necesidad desaparezca, o por lo menos, hasta que deje de hacer eco dentro de tus pensamientos al mismo tiempo que se inmiscuye por debajo de tus uñas y dentro de cada uno de los poros de tu piel.

Sientes como te asfixia, como intenta abrirse paso en cada parte de ti, puedes sentir como sube por toda tu espina dorsal, de manera lenta y dolorosa, y mientras más intentas sacarla de tu sistema, más se aferra a ti, clavando sus filosas garras en lo más profundo de tu ser, desgarrando todo a su paso.

Vaya mierda.

Necesitaba hacer algo, necesitaba salir de aquí, sentir libertad de nuevo, necesitaba hacer caso a esa necesidad, y la única manera de hacerlo era dejándola salir, a ella.

A esa chica, a mi puñetero álter ego, porque a diferencia de esta versión de mi persona, a ella le importaba un carajo destruir todo a su paso con tal de ser feliz por una noche.

UNKNOWN [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora