PUNTO DE QUIEBRE

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POV MACKENNA

Salí de la habitación de Raleigh con la carta pegada al pecho y el corazón en la mano. Llegué asta el salón en donde escuché la voz de mis padres.

—Padre tengo que hablar contigo—dije determinante.

—¿Que sucede?—Preguntó mi madre.

—Prefiero que no interfieras madre—le dirigí una mirada penetrante.

—Lo que vayas a decir, puedes decirlo frente a ambos—habló  mi padre haciendo un ademán a la habitación.

—De acuerdo. He decidido que cancelare este compromiso

Las expresiones que atravesaron sus rostros eran una mezcla de confusión, curiosidad y me atrevería decir que quizá también había un poco de enojo.

—¿Qué? ¿Por qué?—Dijeron al unísono.

—He decidido que valgo mas que todo esto. No soy una moneda de cambio. Soy una persona.

Era una persona, y últimamente me había convertido en una bastante mala y estúpidamente egoísta.

—¿Por que decides hablar hasta ahora? ¿sabes lo que dirá la prensa?

Esa era mi madre, más preocupada por lo que pondrían en la columna de chismes que en su propia hija, era tan típico de ella.

—Olvida la maldita prensa—le soltó mi padre. Alguien de los dos era sensato para variar

—No hablé porque no quise decepcionarlos, después de lo de Raleigh yo era lo único que les quedaba y no quería que sintieran que también habían perdido eso, por eso nunca me fui e nuevo, no quería que se sintieran solos. Además sabia cuan importante es este negocio para ti, y traté de convencerme a mi misma de que también lo era para mi y para Raleigh, pero hace un rato encontré esto — sostuve la carta frente a ellos, mi padre fue quien la tomó en sus manos.

—¿Que es eso?—preguntó mi madre.

—Es una carta de Raleigh, la escribió hace años desde un internado, pero nunca la envió—dije bajando la mirada, no quería ver sus ojos, no quería ver sus lágrimas.

—¿Y que tiene que ver con esto?—Parecía irritada por haberme atrevido a mencionar su nombre.

—Mucho, porque en ella explica cuanto amaba esta familia, y que tenia miedo que este negocio nos destruyera. Y es obvio que esto nos destruirá. Esa carta es mi razón para terminar con esto.

—No tiene que ser así—por fin mi padre se había atrevido a mirarme a los ojos, el y yo éramos los únicos que habíamos comprendido lo que iba a decir, el lo supo incluso antes de que yo lo dijera.

—Es así desde que decidieron casarme con un extraño.

***

La discusión se prolongó durante un rato más.

—¿Y cuando piensas decírselo?—Mi madre se escuchaba bastante irritada, como si fuera ella quien sufriera. Bueno, al fin sabía de donde venía mi bendito egoísmo.

—Lo haré hoy. Se lo diré esta noche.

—¿Y luego qué?—Dios esto estaba resultando tan molesto, yo soy la que tiene que sentir esa irritación, no ella.

—Luego me iré. No preocupes, procuraré no meterme en más escándalos para que puedas dormir.

Estaba apunto de decirme algo, pero mi padre la interrumpió.

—Es lo más valiente que has hecho. Por fin, después de tanto tiempo, has vuelto a ser la mujer enérgica de la que siempre estuve orgulloso de presentar como mi hija.

—Gracias. Lamento lo que sabemos que pasará después de esto.

En verdad lo lamentaba, esto significaba que si mi padre se retiraba, y yo no estaba casada para entonces, perdería el control de todo. ¿Y por qué? Por un grupo de hombres arbitrarios y misóginos.

—No lo lamentes. Eres una Whittemore, siempre puedes levantar tu propio imperio.

Lo abracé fuerte, y el correspondido a mi abrazo. Era bueno saber, que después de todo, el no me odiaba por elegirme por sobre todo.

UNKNOWN [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora