POV SCOTT
El resto del día pasó entre juntas y una montaña de papeles por leer y por firmar. Traté de centrar toda mi atención en cada cosa que hacía, pero creo que eso no fue posible, eso lo supe cuando derramé el contenido de mi taza de café sobre un par de papeles que leía antes de firmar.
—Cayetana —dije con voz calmada pero autoritaria por el auricular
—¿Si señor? —Respondió una joven mujer al otro lado de la línea
—Necesito que imprima de nuevo el contrato del proyecto japonés
—Si señor
Si señor, no señor. Eso era todo lo que ella sabía decir. No podía culparla, aún era nueva en el lugar, bueno, pensándolo bien, no lo era, pero era lo suficientemente inteligente como para no cometer el mismo error que mi secretaria anterior.
Me di cuenta que en verdad estaba jodidamente distraído cuando Cayetana me hizo saltar de mi silla al cerrar la puerta de la oficina después de entrar
—Oh señor, lo siento —susurró aquella mujer que se escondía en su maraña de cabello rizado, podía ver que ella creía que le arrojaría la taza en la cabeza.
—No pasa nada, creo que el que se debe disculpar soy yo —era cierto, mi distracción era evidente.
—¿Le ocurre algo señor? —Parecía preocupada, quizá temía por su empleo
—No.
—Le traje esto, creí que querría verlo. Todos hablan de él, usted y su novia están en la portada y en la página 6 de la sección de sociales —tenia razón, Mackenna y yo estábamos en la portada, era una foto de la fiesta de compromiso, nos veíamos felices pero no enamorados, ella Lucía hermosa, me pregunto que habrá estado pensando en ese instante para lograr esbozar esa sonrisa. Cualquiera con medio cerebro encontraría algo que no cuadrara, pero ese no era el caso de la prensa, ellos solo se dedicaron a decir cosas buenas de nosotros dos.
—Ella es muy hermosa señor
—Lo es, definitivamente lo es.
***
Continué con mi día intentando no derramar más café en ninguna superficie conocida, pero creo que todo esfuerzo fue en vano, pues cada cierto tiempo volvía a mi el recuerdo de sus labios rozando mi mejilla y el tono melón del rubor en sus mejillas.
¡Dios! Me sentía tan bobo en este momento, pensando como un colegial. No sabia que era lo que sentía por ella, traté de convencerme que era un apego de protección, algo casi paternal, pero mi argumento pierde totalmente su validez cuando me doy cuenta que una parte de mi desea follarla, eso no es muy paternal ¿cierto?
Regresé a mi ostentoso y lujoso cuadrado de cristal que llamaba hogar, me acerqué a mi mini bar y tomé una copa y vertí en ella el contenido de una de las tantas botellas que había en el lugar. Tomé la copa y caminé hacia un pequeño sillón que había en un rincón de la sala, me senté en él, con una mano sostenía trago mientras que con la otra aflojaba el nudo de mi corbata y desabotonaba el cuello de mi camisa, cuando por fin lo logré, bebí un largo sorbo del líquido amargo que provenía de la copa.
Mire el ventanal, podía ver toda la ciudad, las luces, las personas que iban y venían en sus coches. Decidí levantarme y salir a la terraza con la que contaba el apartamento, salí al aire nocturno, era abril, el calor se estaba haciendo presente, bueno, aunque en esta ciudad el calor no era tan sofocante como en las demás ciudades del país, aquí el clima solia ser un tanto frio, el invierno me recordaba al mantra de la casa de los Stark en TOG.
<<El invierno se acerca>>. Joder, para mi toda la vida había sido un invierno perpetuo. Me dirigí a la cornisa y observé con detenimiento todo lo que abarcaba esta ciudad, mire los rascacielos imponentes abriéndose paso en las alturas, los autos hiyendo y vieniendo, algunas personas caminando en la acera, todo ese ruido era algo que no lograba atravesar el grueso cristal que me envolvía hace un momento.
Mis pensamientos siguieron divagando durante un muy buen rato, cuando cerraba los ojos todo lo que podía ver eran una suaves mejillas blancas coloreadas con un hermoso matiz melón, o una espesa cabellera castaña junto a unos finos pétalos color naranja, un naranja casi tan suave como la piel de sus mejillas.
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UNKNOWN [Editando]
Romance¿Qué es el matrimonio?, a menudo pensamos y definimos como una meta en la vida llegar al matrimonio, a casarnos con esa persona que nos eriza la piel y que no podemos dejar de mirar. Yo pensaba que eso era parte del matrimonio, pero he llegado a una...