Capítulo 7

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Alana Samuels

Una semana después

Ha pasado una semana desde la fiesta de compromiso y de lo que sucedió con Jacob. No creí que se volviera agresivo, estaba regresando cuando se acercó a mí y me llamo por mi nombre. No sé cómo lo sabia y que también era la prometida de su primo, tal vez él le dijo no creo ya que realmente no se hablan. Lo que más me sorprendió esa noche fue lo que me dijo Alessandro - yo te protegeré de quién sea hasta de mí mismo –  sus palabras causaron estragos en mi interior, un hombre jamás me había dicho algo así y tampoco le hubiera dado importancia pero con Alessandro todo es completamente diferente. Él siempre hace todo lo contrario a lo que yo creería que haga. Y eso hace que mi admiración por él crezca pero no quiero que se convierta en algo más, sé que él nunca se fijara en mí y no porque me crea insuficiente no, sino porque somos completamente distintos él estaría contento con alguien como Triana, ella es ideal para él pero Alessandro no se fijara en ella por ser la novia de su primo. Cosa que, no se como Triana puede estar con alguien como Jacob el están antipático y ella es muy diferente a simple vista se ve que no es alguien que juzga, se toma el tiempo para conocerte y así tener un concepto claro sobre ti y por esa razón le cae bien a toda la familia D'Angelo más que el propio Jacob.

Salgo de mis pensamientos y me pongo mis tenis, Alessandro pasará por mí, dijo que tenía una sorpresa. Ya ven lo que les digo quién diría que ese hombre serio sería capas de organizar una sorpresa bueno yo no creí que sería de ese tipo pero con respecto a él siempre me estoy equivocando y saben el sábado lo obligue a ver Riverdale, estuvimos hasta tarde y al otro día el pobre hombre parecía un zombi lo cual era gracioso para mí por su puesto, suerte que era domingo y no tenía que ir a trabajar.
Salgo de la habitación y me dirijo hacia el balcón que da  la entrada de la casa así veré cuando él llegue.












Alessandro D'angelo


El restaurante de Alana ya está libre de deudas, hoy en la mañana le dije que le tenía una sorpresa y estuvo tan impaciente que tuve que salir de la casa, de todas formas posibles quería sacarme información sobre que era.
Desde que tuvimos aquella conversación en la casa de mis padres algo a sucedido entre nosotros, todo el tiempo quiero estar con ella, quiero saber su opinión acerca de cualquier cosa, hasta me hizo ver la serie de Riverdale es de adolescentes y cuando le dije eso no le importó, ahora nos falta ver la quinta temporada y la estoy esperando con ansías para estar todo el día con ella en el sillón mirando y comiendo palomitas, también descubrí que es muy cómoda en toda la serie me hizo preparar las palomitas suerte la de ella que se hacer, también se recostaba por mí, ponía sus pies en mis piernas, luego puso un cojín en mi regazo y recostó su cabeza allí y así estuvimos hasta que en un solo día terminamos de ver la serie nos quedamos hasta las cuatro de la mañana, y al otro día dormimos bastante pero aún así cuando despertó tenía toda la energía del mundo cuando yo parecía un zombi lo cual le pareció muy gracioso.

Estaciono el auto en la entrada de la casa y veo a Alana en el balcón con su vista hacia la playa, tocó la bocina, voltea y me sonrió. No es necesario que entre porque con tan solo un minuto ya está llegando a mi.

– ¿Cerraste la puerta? — asiente varias veces.

– ¿Dónde está mi sorpresa? No puedo seguir esperando — me río de su comentario.

– Vamos sube te llevaré a tu sorpresa — aplaude y sube rápidamente al auto.

                             ***

— ¿Por qué debo ponerme esto? – protesta, no quiere cubrirse los ojos.

– Te lo pones oh no tienes sorpresa — desinfla sus cachetes como una niña y se lo pone, sonrió, me da ternura su comportamiento, ¿Qué estoy diciendo? ¿Me estoy volviendo cursi? No puede ser.

Vuelvo a poner el auto en marcha y me dirijo hacia su restaurante, allí nos está esperando su mejor amiga Jane, necesitaba de su ayuda. 

– ¿Dónde me llevas? — pregunta intentando quitarse la venda, rápidamente sujeto su mano.

– Que impaciente mujer, y tranquila que no te estoy secuestrando —

– No estaría muy segura, si es así ya veo que me entregué a ti en bandeja de plata — suelto una caracajada y ella se une a mí.

– Está bien, llegamos. Promete que no te quitarás la venda hasta que yo te lo diga —

– Está bien te lo prometo — bajo del auto y voy hacia el lado del copiloto, la ayudó a bajarse, pasamos la acera y encuentro a Jane sonriendo de oreja a oreja.

Fui al departamento de Jane y pedí su ayuda, realmente el restaurante se encontraba fuera de deudas hace una semana atrás pero junto con Jane quisimos que Alana lo supiera cuando ya las personas pudieran venir aquí y disfrutar de todas las delicias, aunque falte la jefa y chef principal del restaurante Luna, para Alana ese es el nombre ideal por eso lo nombró así obviamente. El interior del restaurante es sencillo pero muy bien amueblado y decorado esta lleno de vida al igual que ella por supuesto, es de dos pisos abajo es el lugar para las familias, reuniones con amigos y arriba es para las parejas, para quienes quieren privacidad. Me gusta mucho cómo está construido y aún más la vida, los colores que le da Alana.

Me pongo tras ella, su amiga enfrente – ¿Lista? — está sacude la cabeza emocionada.

– Ya Ale no me hagas esperar más, estoy lista — sonrió, lentamente le quitó la venda.

– Sorpresa — grita Jane y se abalanza hacia Alana apretujandola en un abrazo – ya podés volver a tu restaurante ¿No es increíble o mejor dicho no es increíble tu prometido? — Alana voltea hacia mi con lágrimas en los ojos.

– ¿Tú hiciste esto? — asiento alegre, realmente si ella aceptaba yo pagaba sus deudas pero esto es diferente en otra circunstancia solo pagaba y ya y que ella se encargará. Pero todo cambió y se que ella también lo sabe.

– Si – respondo nervioso tal vez ella solo quería que yo pagará y ya pero esa idea se esfuma cuando se abalanza sobre mí abrazándome y tomándome desprevenido, dudo si debo hacer lo mismo, pero lo hago la abrazo como si ella fuera mi salvavidas, lo es.

– No sé qué decir gracias — se aparta – Gracias a los dos por esta sorpresa —

– Yo solo lo ayude pero la idea fue de él — réplica Jane.

Lo que sucede después me deja bobo, Alana me besa, dejándome estático, hasta que caigo en la cuenta y la sigo, la apretujo más a mí, pongo mi mano en su nuca para que no pueda escapar, introdujo mi lengua en su boca que tiene sabor a caramelo, recorro cada rincón y ella hace lo mismo, no sé quién de los dos lo deseaba más pero lo que si sé es que estando así con ella me olvidó por completo de los que están, de lo que sucede alrededor, solo estamos ella y yo.

Matrimonio por ConvenienciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora