Capítulo 21

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Alana Samuels

En toda la noche no pude cerrar los ojos, las palabras de Dominik me han tenido dando vueltas en la cama, lo bueno es que Alessandro quedó a dormir en la casa de sus padres sino me estaría preguntando el porque me encuentro nerviosa y preocupada.

Aunque también quisiera saber cómo le fue con Jacob, porque cuando salí ninguno de los dos estaba.

El hecho de no saber y mucho menos entender me estresa. Debo de saber quiénes son esas personas que no quieren que me case y también quien es Dominik, porque quiere protegerme y tal parece que de la persona que sospecha no quiere que le suceda nada, acaso lo conoce, que me está ocultando.

Decido levantarme, debo de ir al restaurante. Me ducho, seco mí cabello y lo sujeto en una coleta alta, algo de maquillaje para ocultar mis ojeras y me coloco este conjunto.

 Me ducho, seco mí cabello y lo sujeto en una coleta alta, algo de maquillaje para ocultar mis ojeras y me coloco este conjunto

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Tomo todo lo que necesito, no tengo hambre así que me voy sin desayunar. Le envío un mensaje de texto a Ale, tomo un taxi.

Hay personas detrás de mi lo sé, pero no puedo mostrar miedo y además, no me quedaré encerrada claro que no. Solo haré lo que me dijo Dominik, mantener los ojos bien abiertos.

Alessandro me envía un mensaje deciendo que pasa por mí para ver algunas cosas sobre la boda, le contesto y justo llego al restaurante.


El día hoy está con un poco de viento, pero aún así el calor se siente.

Entro al lugar y ya las chicas se encuentran arreglando todo, las saludo y me dirijo hacia la oficina, Jane informo que hoy no vendría, según me dijo estaba bien, pero no quiso dar más explicaciones.

Cierro la puerta tras de mi y tomo asiento, primero me quito la chaqueta y la dejo en el sofá.
Mí oficina es grande, está pintada de un color lila ya que es mi favorito, tiene enormes ventanas porque me encanta que la luz del día entre, en una esquina tengo un mini bar, al costado se encuentran dos sofás grandes y en el centro donde mejor luz hay está mí escritorio.

Tomo asiento y enciendo mi laptop.

Ya es media mañana he estado tan concentrada que no me había dado cuenta que mi celular estaba sonando. Encuentro cuatro llamadas perdidas de mi prima.


Justo que iba a llamarla no vaya ser que le sucedió algo a mi tía, está vuelve a llamar y esta vez la atiendo.


–*** Hola René, perdón no escuché el celular — me disculpo, escucho un suspiro del otro lado de la línea.


– Alana ¿Cómo estás?, No te preocupes suele suceder — comenta y escucho una risa de su parte, sonrió.


– Si, y bien ¿Ustedes? —


– Todo bien prima — hay un silencio entre la dos, me rascó la cabeza.

– René, con respecto a la boda yo....


Matrimonio por ConvenienciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora