Capítulo 41

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Alessandro D'angelo

Otro día más, hoy debo de hablar con Dominik sobre su hija por el estado que se encontraba ayer debe de aun estar dormido, después le vendrá la resaca, dolor de cabeza. Luego de hablar con él iré al hospital, mi madre ha estado llamándome quiere que regresa las cosas con mi padre al parecer no están bien. No sé qué sucede entre ambos, cada vez están más distanciados.
Pero no quiero dejar sola a Alana que hoy temprano el doctor me llamo y dijo por fin lo que tango quería oír, está mejorando y cree que podría despertar uno de estos días, ya casi se está haciendo un mes desde que cayó en coma.

También he hablado con Jacob que sin decirme nada había regresado a Florida, me informo que ya todo está resuelto que por fin las empresas están libre de kahers, la acusación de fraude el día que salimos de la cárcel fue retirada y con eso nuestros clientes empezaron nuevamente a regresar. De igual forma, Jacob está de nuevo en Italia y hablaremos cuando vaya al hospital.

Lo bueno es que Jane vino a descansar ya que todos no hospedamos en el mismo hotel, pero de seguro ya debe de estar en el hospital. Aunque no sé, últimamente ha estado evitando a mi primo y tal vez por eso él se fue. Quien sabe lo que sucede entre ambos.

Termino de abotonar mi camisa y me dirijo hacia la sala. Llevo unos jeans oscuros, zapatos y una chamarra hoy el día está un poco frío.
Dominik se encuentra en la misma posición de ayer y comienza a despertarse frotándose la cara, pobre hombre.


– En la mesa tienes pastillas para el dolor de cabeza — informo y rápidamente se voltea hacia mí, ya que me encuentro a sus espaldas. Comienza a mirar para todos lados confundido – te encontré ayer en mi puerta bastante pasado de copas — me mira avergonzado.


– Lo siento, no estaba pensando claramente no quería molestarte — dice, se toma las pastillas que le había dejado en la mesa y comienza a doblar la colcha con la cual lo tape, si lo hice.


– No te preocupes, nos puede pasar a cualquiera — respondo quitándole importancia. Se sienta en el mismo sillón y junto a él deja la colcha bien doblada, tomo asiento en el sofá de enfrente.


– Me revienta la cabeza — comenta divertido y se toma la misma entre sus manos.


– Y como no, se ve que tomaste bastante, debes de darte un baño y dormir un rato más — propongo, pero este niega – quiero hablarte sobre tu hija — me observa fijamente – ¿Sabía de su trastorno? — cuestiono.


– Si, ¿Fuiste a verla? — pregunta.


– Si, el oficial quiere hablar contigo ya que, además de su trastorno ella no está bien mentalmente y cree que sería mejor internarla en una clínica — suspira frustrado – no estás solo Dominik en lo que quieras te ayudare — comento y este me observa fijamente.


– Muchas gracias Alessandro, mi sobrina tuvo mucha suerte al conocerte — niego algo tímido, la suerte la tuve yo; pienso.

– ¿Irás a verla? — pregunta. Asiento.

El tiempo corre y no despierta. El doctor dijo que está mostrando mejoras, pero hasta ahora no despierta. Y sé que al igual que a mí a todos nos tiene mal eso, el tiempo no espera y ella debe de despertar antes de entrar en estado vegetativo.


– ¿Crees que una clínica sea lo mejor para mi hija? — me sorprende la pregunta de Dominik ya que pensé que tal vez tendría resentimiento por mi porque René estaba según ella enamorada de mí, pero yo solo jugué con sus sentimientos.  Me reacomodo en el asiento.


– Pues según me dijo el oficial la clínica sería el mejor lugar para tratar su trastorno y también ahora que está empezando a tener problemas mentales — el tacto conmigo no va – así que sí, yo creo que una clínica lo suficiente equipada, con buenas recomendaciones sería lo ideal para tu hija — este asiente pensativo.


Matrimonio por ConvenienciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora