Alana Samuels
– Si yo no te llamo tu no lo haces, desde que conociste a Alessandro ya casi ni me hablas —
– Ya Jane perdón si, no volverá a pasar, es que he estado ocupada — me disculpo.
Llevo media hora pidiéndole disculpas a Jane, y si ella tiene razón me he estado comportando como una mala amiga y ella no lo merece ya que siempre está ahí para mí. Ni siquiera en el restaurante nos vemos ya que cuando ella llega yo no estoy o bien hay veces que no voy. Y le estoy dejando toda la carga a ella.
– ¿Dónde estás? — pregunta está.
– En la florería —
– ¿Qué haces allí? — pregunta extrañada.
– Voy a ir al cementerio — extraño mucho a mis padres, además tengo cosas que contarles, con ellos quiero ser sincera y también sé que lo que estoy haciendo a ellos no les agradecería pero aún así estarían conmigo.
– Voy para allá —
– No, no quiero ir sola Jane tú comprendes, mientras ve haciendo planes que a partir de las siente soy toda tuya -— ya me la imagino sonriendo del otro lado de la línea.
– Vale, vale nos vemos ahora entonces y si me quieres allí contigo solo llama o manda un mensaje que estaré contigo, ¿Si? —
– Entiendo, gracias Jane — me despido de ella y cortó la llamada.
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Visitar las tumbas de mis padres fue la mejor desición, ahora mientras tomo una ducha ya me siento más relajada, tranquila. Solo necesitaba unos momentos a solas, pensar. Poner en orden mis pensamientos, sin embargo, no creo a verlo logrado.
Alessandro, ese hombre maldición ocupa casi todos mis pensamientos, me lo he imaginado en muchos escenarios. Ese cuerpo que posee me está volviendo loca, lo que sería tocar esos bíceps, de solo pensarlo se me hace agua la boca. Diablos Alana, ¿Qué dices?, me estoy comportando como una adolescente con las hormonas a mil. Pero, ¿Cómo evitarlo?. Exactamente, como lo hago si es imposible.
Sacudo la cabeza dejando de lado esos pensamientos y salgo de la ducha envuelta en una toalla que es chica para mi cuerpo, no obstante no saldré desnuda por lo menos algo me cubre aunque de igual forma estoy sola.
Busco en el armario un vestido ya que de seguro Jane me llevará a un bar ya pareciera que no la conozco. Encuentro uno que es de mi agrado, lo pongo sobre la cama mientras seco mi cabello.Salir con mí mejor amiga me hará bien.
– ¿Saldrás? — esa voz grave y sexi a la vez, la conozco hace que mis bellos se pongan de punta.
Volteó quedando cara a cara y dios mio que sexi que se ve en el traje que trae puesto, está para comerselo. Alana controlate.
– Si iré con Jane, seguramente a algún bar — hace un gesto que no sé cómo interpretarlo.
Me da un repaso de arriba a abajo y sujeto más fuerte la toalla, que no sea el caso y que justo ahora que me entran las nervios salga soltandola porque yo suelo ser muy torpe en algunos momentos y casi siempre cuando son los malos, así que por las dudas me cuido.
– Um Alana — se rasca la nuca, señal de nerviosismo. Vivir con él me ha servido para conocerlo.
– ¿Si? — murmuró distraída mientras me aplicó maquillaje.
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Matrimonio por Conveniencia
RomanceAlessandro D'Angelo, es un hombre de negocios, decidido, seguro de sí mismo. A lo único que teme es al matrimonio. Alana Samuels, es una mujer segura y decidida. Pero cuando recibe una llamada informando el accidente de sus padres y luego unos homb...