Capítulo 20

2.1K 61 3
                                    

Alana Samuels



A continuación de la repentina aparición de Alessandro me marche a la habitación.

Al parecer mi plan de unir a la familia D’angelo se está adelantando, el hecho de tener a los dos primos hablando en la sala me tranquiliza solo espero que todo salga bien y que ambos dejen su orgullo de lado. Son familia y como tal deben de estar unidos y ver la forma de juntos sacar adelante la empresa. Solo en verdad espero que todo se solucione y que Jacob por fin pueda tener todo el amor que siempre debió de tener, pero nunca fue posible.



Sé que Alessandro es un hombre inteligente y no se dejara dominar por el orgullo. Que será lo suficientemente capaz de hallar una solución, y Jacob, aunque es un poco necio también es un hombre justo, inteligente y sabrá como sobrellevar la situación.


Me acerco a la ventana y observo a las personas pasar, cada una con un problema diferente. Pero aun así no se dan por vencidos y es que justamente eso es algo que admiro de las personas, que por más que la situación sea imposible ellos jamás pierden la esperanza. Y quisiera creer que yo también soy ese tipo de persona que por más difícil que sea el problema y parezca no tener solución, siempre hallare  una. Y como una mujer inteligente, segura de sí misma que soy sabré como afrontarlo. Que venga lo que tenga que venir que estoy preparada.



El celular sonando me saca de mis pensamientos. Es un número desconocido.



– Hola – contesto con cierto tinte de duda en mi voz.



– Hola Alana, soy Dominik – oh, hace ya bastante de la fiesta donde lo conocí que la verdad ni se me había cruzado por la mente – ¿me escuchas? — salgo de mis pensamientos de nuevo.



– Si lo siento, yo he… no esperaba que llamaras — respondo honestamente.




– Dije que nos volveríamos a ver y es  el momento adecuado y ha llegado la hora Alana, necesito verte en persona, ¿sería posible? — se supone que Alessandro estaría presente si este me buscaba, pero él tiene sus asuntos y la verdad es que la curiosidad me puede.




– Está bien, ¿en dónde? —



– Te paso la dirección por mensaje, te veo dentro de una hora — y sin más cuelga.


Dicen que la curiosidad mato al gato solo espero que ese no sea mi caso.


La llamada de Dominik claramente me ha tomado por sorpresa, la verdad creí que no lo volvería a ver, pero ya veo que me equivoque.


Son las cinco de la tarde, decido tomar una ducha y ver si puedo aclarar mis pensamientos. Estoy nerviosa, no sé lo que podría suceder, sin embargo, no tengo miedo de Dominik sino a lo que sea que tenga que decirme, a eso le temo.


Opto por mi cabello suelto y que se seque con el aire, me pongo unos Jean color cielo y una camisa blanca bastante suelta y unos tenis blancos. Tomo mi bolso y coloco todo lo necesario allí, me dirijo hacia la salida Alessandro y Jacob no se encuentran y es mejor me ahorro explicaciones.


Tomo un taxi y le doy la dirección, solo tengo quince minutos.
Observo el atardecer acercarse por la ventanilla, necesito tranquilizarme y mentalizar todos los casos posibles. Dominik no me haría daño, sueno como una tonta ya que no lo conozco, en cambio estoy depositando confianza en él, pero algo me dice que es bueno y que puedo confiar. Solo espero no estar equivocándome.



Llego a la hora acordada, es un restaurante pequeño, con pocas personas, pero el decorado es elegante y hasta podría decir extravagante. Una chica se me acerca y me lleva a una mesa bastante alejada del resto y con poca luz, allí se encuentra un hombre de espaldas, la chica se retira y tomo asiento frente a Dominik.

Matrimonio por ConvenienciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora