Capítulo 8

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Alana Samuels



No sé que sucedió conmigo, tal vez por la emoción, si seguro que fue eso. Alana por qué tenías que besarlo ahora no lo puedes quitar de tu mente, maldición no debí de hacerlo pero... Qué beso dios mío, fue el mejor de mi vida, hizo que mi cuerpo vibrará, que se llene de vida, mil veces maldición. ¿No sé si llorar o reír? Llorar creo que es la opción, pero también sonrió porque con ese beso Alessandro me demostró que no le soy indiferente claro que no lo soy si el muy cara dura quería consumar el matrimonio y con ese beso tampoco me dice si le gusto o solo me quiere llevar a la cama. Todo el día lo único que hice fue pensar en ese beso.
Ayer después de lo que sucedió fui una cobarde me centre en Jane el restaurante y luego fui a dormir con Jane y todo para no darle la cara pero hoy debo de hacerlo no me esconderé por el resto de mi vida, si estoy exagerando, lo hago cuando estoy nerviosa. 

– Alana — me llama una de las meseras, Karen – ves a la familia de allí — me fijo hacia donde ella me señala – les encantó tu comida y quieren felicitarte personalmente — no tengo humor pero no tengo otra opción.

– Está bien — respondo con pocos ánimos, siempre que sucede esto mi felicidad no cabe en mí pero hoy no es uno de esos días.

– Buenas tardes me querían ver soy la chef — toda la familia centra su atención en mi y me sonríen, les devuelvo la sonrisa pero forzada —

– Oh sí querida debemos de felicitarte por tu comida, desde que se inauguró hemos venido aquí y la verdad es que siempre nos sorprendes con tus platillos y el servicio es el mejor — ahora que lo recuerdo si, está familia siempre viene, claro no diariamente pero son frecuentes —

– Muchas gracias y lo que ustedes quieran solo ordenen que lo tendrán —

– Gracias, ya quisiera yo cocinar como tú — dice la señora con voz triste.

Cuando voy a responder veo a Lía acercarse hacia la mesa, ¿Qué hace ella aquí?

– Me disculpan — todos asienten —

– Lía hola ¿Qué haces aquí? — qué bueno que Alessandro no vino con ella —

– Te estuve llamando y no contestabas entonces llame a Alessandro y me dio esta dirección — mi celular debe de estar perdido.

– Lo siento ni idea dónde debe de estar mi celular y dime ¿Qué se te ofrece? —

– Tu, necesito que vengas conmigo a la casa de mis padres, Alessandro ya se encuentra allí — y para que será.

– No entiendo ¿Por qué debemos de ir allí y por qué no vino Alessandro? — hace un momento no quería verlo ahora sí, ni yo me entiendo.

– Debemos hacer una sesión de fotos mejor dicho ustedes deben de hacerlo pero la familia también debe de estar y lo haremos en la casa de mis padres porque es más grande y... – toma un suspiro - Alessandro dijo que era mejor que viniera yo ¿Esta todo bien? Él no me quiso decir nada —

– Si todo está bien y bueno vamos entonces pero, ¿Qué ropa se supone que debo de ponerme y para que son las fotos? —

– Por la ropa no te preocupes y las fotos son para las revistas y también para la entrevista que tendrán con un amigo mío – abro mis ojos de par en par, yo en una revista.

– Pero...

– Esto es así Alana tendrás que acostumbrarte nuestra familia es muy importante y todo el tiempo están detrás de nosotros y ahora que todos están con la duda de que si mi hermano se casa sí oh no, necesitamos que hagan una entrevista para que todos lo sepan —

Matrimonio por ConvenienciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora