Capítulo 35

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Narrador: Omnisciente

Verdad una sola, pero podemos disfrazarla con muchas mentiras.

Cuando de la locura pasamos a la obsesión ya no tenemos salvación.

Y cuando los secretos empiezan a tomar el control de ti, cuando apenas y te dejan respirar, es el momento de librarte de ellos.

Es el momento de que las verdades salgan a flote.

Después de Dominik entrar dudoso a la casa, se encuentra sentado en un sofá analizando cómo empezar a relatar su historia.

Mientras Alessandro se encuentra sentado frente a él estudiándolo detenidamente, no esperaba que este viniese a él y se supone que en estos momentos debería de estar volando hacia Londres, pero algo le dice que lo que sea que le va a decir Dominik es importante e involucra a Alana.
De la misma que aún no obtiene noticia alguna, el investigador no da con su paradero y el hecho de encontrarse en las sombras lo desespera, se suponía que tenían que estar juntos, enfrentar lo que sea, pero uno al lado del otro y no divididos como lo están haciendo. Se supone que él tendría que protegerla, pero como hacerlo si ella desaparece y no le dice nada.

Todos estos pensamientos lo atormentan tanto que no le dejan dormir.


– Alessandro, soy consciente que no soy santo de tu devoción, pero si estoy hoy aquí es porque quiero saber de Alana — empieza el hombre de ojos azules – Steve la perdió de vista y ahora no tengo idea de donde esta y pensé como tú eres su prometido que lo sabrías, muchas cosas han pasado, pero si ella no te dijo fue por una razón…



– ¿Por qué ese tal Steve la vigila? — interroga Alessandro que al oírlo llamó su atención – ¿Qué eres con Alana? — Dominik respira profundamente.



– Mira, si piensas que somos amantes desde ya te aclaro que no, y sobre Steve él es su guardaespaldas — Alessandro lo mira sorprendido.



– ¿Cómo que su guardaespaldas?, ¿Por qué yo no lo sabía? — cuestiona el hombre totalmente sorprendido y es que al parecer muchas cosas Alana le ocultaba.


– Ella así lo decidió, tú tenías problemas y no quería agobiarte, adem….



– No, como su prometido era mi deber, ella no debió de mentirme y mucho menos confiar más en ti un desconocido que en mí, que como dices soy su prometido  se exaspera.


– Te entiendo, ¿Sí?, pero ponte por un momento en su lugar, analízalo desde su punto de vista la conoces sabes cómo es — este otro resignado asiente, claro que la conoce es una terca.



– Pero, ¿Tú que tienes que ver en todo? — pregunta lo que tanto lo atormente desde que supo que él la había buscado y Alana no le dijo nada.


– Alana es mi sobrina Alessandro — confiesa el hombre sorprendiendo aún más a este otro – ella aún no lo sabe estaba esperando el momento para decírselo, pues es complicado y el hecho que sea su tío es la razón por la cual ambos tengan problemas — este otro frunce el ceño.


– ¿A qué te refieres? — interroga – dímelo todo Dominik, no quiero que me ocultes nada que siendo su tío o no, por ti le dije cosas que no debí de decir —


– Yo no tengo la culpa, fuiste tú quien no creyó en ella — afirma Dominik poniéndole los nervios a flote al otro.


– No estoy para escuchar sermones, así que empieza —


– Como te lo acabo de decir Alana es mi sobrina, y solo quiero protegerla, quiero lo mejor para ella, Steve es su guardaespaldas porque cuando empezaste a tener problema con la empresa a ella le amenazaban y no quería que te preocupase, entonces a escondidas de todos ustedes Steve la cuidaba y cuando sucedió del restaurante él estaba cerca por esa razón pudo actuar rápido, hay alguien que no quiere que ella se case contigo y tengo la firme sospecha que fue la misma que encendió el restaurante —



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