Capítulo 27

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Alessandro D'angelo

Antes de conocer a Alana nunca me intereso conocer a las personas o mejor dicho mi primo porque si, creí cosas de él que no son ciertas, lo juzgue y en el proceso provoque que toda la familia se alejara de él. Cometí varios errores con él y entiendo que mantenga la distancia que coloque una barrera entre nosotros porque por años lo hemos dejado solo, sin familia. Para mí y para todos los que llevan el apellido D’angelo la familia es lo más importante y Jacob es parte de esta.

Asimismo, Jacob ha sabido como conllevar la situación y está resultando ser un buen aliado. Por ahora no he revisado nada sobre la cláusula, pero creo que si se puede cambiar y espero que pueda hacerlo. Tengo una idea en mente, sin embargo, antes de ejecutarla debo de hablar con mi abogado a ver qué me dice, si se puede hacer o no.

Después de hablar con los demás encargados de las empresas regrese a mi oficina, necesitaba unos momentos a solas antes de enfrentar a mi padre. Hablando del mismo no me gusto la forma en que le hablo a Alana, debo de platicar con él ya que no puede tratarla así. Andrés D’angelo me va a escuchar.

De tanto dar vueltas por la oficina con mi vaso de wiski en mano me aburro, me acerco al ventanal que me permite ver la ciudad desde bastantes pies arriba. Me pregunto que estará haciendo Alana ya hace como dos horas que me dijo que pronto iría a casa, ya estará allí. Alana, Alana mujer terca y hermosa, mujer que no puedo sacar de mis pensamientos. El hecho de que me besara tampoco ayuda no sé lo que siente por mí ni lo que yo siento por ella. Es que es confuso, de un día para el otro no puedo saber si es amor o que. Solo sé que me encantan sus ojos miel capaces de deshacerme, su sonrisa, pero sin duda alguna su forma de ser es lo que más me gusta tan ella, luchadora, dulce, divertida, y aunque me moleste su modo terca y orgullosa me fascina porque la hace ella. La hace una autentica Alana, la misma que me está robando los suspiros como un estúpido adolescente enamorado.

– Creí que estarías enojado o algo así, pero por la sonrisa que tienes en el rostro ya veo que no — comenta Diego divertido posicionándose a mi lado, ni le escuche entrar. Y tampoco sabía que estaba sonriendo.

– Ahora entras sin tocar — cuestiono arqueando una ceja a lo cual él solo se encoje de hombros como el descarado que es. Sonrío para mis adentros, Diego como siempre siendo él.

– ¿Por qué la sonrisa? — ya esperaba que lo preguntara, así como una vez le dije a Alana, Diego es un rompe pelotas.

– Que te importa — respondo quitándole importancia, se empieza a tocar su barba imaginaria mientras finge pensar unos segundos.

– Así que Alana es la responsable de que mi amigo se encuentre melancólico y sonriendo como un bobo — susurra más para el mismo, ruedo los ojos – debo de hablar seriamente con ella, no puede tenerte en ese estado y como veo ese vaso colgando de tu mano significa que has estado bebiendo — concluye.

Momentos como este desearía que cerrara la boca y solo me acompañase, pero no, claro que no se va a mantener callado.

– Estas diciendo tonterías Diego, solo cállate — pido antes de que diga algo más con respecto a Alana.

– A con que tengo razón entonces — comenta y su pregunta revuelve algo en mi interior y no sé qué responder – ¿La amas, Alessandro? — aguardo unos instantes antes de responder.

– Ni el amor y mucho menos el matrimonio estaba en mis planes, pero todo eso cambio cuando la conocí, Alana tiene algo que despierta mi curiosidad sabes, ella es lo mejor que me ha pasado y no me arrepiento de haber tomado decisiones que me hicieron estar con ella porque, ¿Qué importa lo que haya tenido que hacer para estar con ella? Qué más da si al fin y al cabo al terminar el día sé que me espera en casa con la cena y al otro día despierto con ella a mi lado — la verdad no me importa lo que puedan llegar a pensar de mi cuando se enteren que en definitiva la contrate para que fuera mi esposa porque hare de todo con tal de que Alana lo sea, pero de verdad, sin mentiras entre ella y yo. Le diré lo que siento y si ella siente algo por mí, ¿qué nos impide estar juntos?

Matrimonio por ConvenienciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora