24 | Lloren, coman y vuélvanse más fuertes

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Justo en ese momento, sintió su entorno cambiar a una desagradable lentitud.

Logró percibir al instante la aterradora sorpresa de Hinata cuando remató. Apretó sus puños. El árbitro silbó, dando a entender el final del partido entre ambos oponentes.

Los gritos alegres de todo Aoba Jōsai, por primera vez se sintieron como dagas de decepción hacia su interior. Era como un sentimiento amargo el cual nunca quería volver a percibir.

Sentir aquella tan conocida presión en su garganta, confirmó su inmensa tristeza al perder no sólo contra el Seijoh, sino contra su hermano, Oikawa Tōru.

Para él, escuchar a sus compañeros moquear sin disimulo, le animaba a querer integrarse a ese deprimente aura e iniciar a llorar ante la derrota.

Perdieron. Lo entendía perfectamente.

Solo no aceptaba perder contra él. Contra su ejemplo a seguir.

— Vamos — murmuró Sugawara con la vista al suelo.

Sin energías, formaron una fila e hicieron una reverencia —. ¡Muchas gracias por todo! — ya enfrente de la red, cada jugador se dio la mano.

Cuando cada equipo trotó hacia sus respectivos entrenadores —. Satōru — escuchó la voz de su mayor.

Tragó sus inmensas ganas de decirle el cómo se sentía para enseguida, girar hacia su persona —. Debo volver con mi equipo — respondió en un murmuro.

Fue inesperado.

— Tsk — su hermano se acercó para rodear su cuello —. Entiendo el cómo te sientes — susurró —. Pero aquí sabrás si te rendirás, o volverás a levantarte para vencer a tu hermano — al decir tales palabras, el de mirada chocolate quería hacerle saber que no estaba solo, aunque fueran rivales.

Otro sujeto se aproximó —. No llores littlekawa — habló a la vez que revolvía sus castaños cabellos —. Tienes que ganarle a shittykawa — expresó en tono malvado Iwaizumi.

— ¡Esto es charla de hermanos! — exclamó el más alto.

A lo lejos —. ¡O-Oikawa-san! — escuchó a Yamaguchi.

Suspiró. Intentó sonreír y asintió —. Gracias — palmeó el hombro de ambos jóvenes, para rápidamente correr hacia sus compañeros.

Se posicionó entre Narita y Kageyama, así completando la numeración de los uniformes —. ¡Muchas gracias! — gritó el capitán, seguido de los demás jugadores, frente al poco grupo de personas que estaba de su lado en las gradas.

— Ese último bloqueo... — murmuró el pequeño pelinaranja.

Ante sus constantes expresiones de incredulidad, el dúo de problemáticos parecían ser los más afectados. El próximo grupo en jugar contra los vencedores, al llegar entre gritos de ánimo, les hicieron reaccionar por un momento.

— Limpiemos todo rápido — habló el entrenador —. El siguiente equipo comenzará a calentar. Nosotros enfriaremos afuera — miró hacia su izquierda —. Seijoh irá a los cuartos de final después de un corto descanso.

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Sᴀᴛōʀᴜ | Kᴀɢᴇʏᴀᴍᴀ TᴏʙɪᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora