Sᴀᴛōʀᴜ | Kᴀɢᴇʏᴀᴍᴀ Tᴏʙɪᴏ

31 | ¡Tokio!

"— Vamos, reúnanse — habló Sugawara.

Algunos se quejaron, mientras que otros no querían alejarse de la carpeta ahora ventilador del castaño.

— ¡Hace calor! — expresó disgusto el pequeño pelinaranja.

— Quiero bañarme, no, necesito ir a nadar — se le escuchó murmurar.

Cuando estuvieron frente al capitán, guardaron silencio y escucharon con atención:

— Ya terminaron los exámenes, — la rubia de primer año estaba a su lado — y Yachi-san será oficialmente nuestra manager a partir de hoy.

Con una sonrisa alegre, la joven de lentes le entregó una chaqueta del equipo a la nueva integrante.

— ¡Waaaaaaaaaaaah! — exclamó con emoción.

— ¡Uno, dos...!

A excepción de Tsukishima, todos los jugadores voltearon para así señalar las letras de sus chaquetas.

— ¡Bienvenida al Club de Voleibol de la Preparatoria Karasuno!

Las emociones de la rubia incrementaron y, —. ¡Muchas gracias! — lo demostró con una exagerada reverencia.

— Bien — prosiguió el capitán —. Se acercan los partidos en Tokio, ya solo quedan..."

— ¿Treinta y ocho de cien? — murmuró incrédulo.

Dentro de la sala de club...

— ¡Así de geniales somos...! — empezó el líbero.

Tanaka y Nishinoya comenzaron a realizar poses extrañas.

— ¡... Sus compañeros! — completó el rapado.

Hasta que mostraron las calificaciones de sus exámenes.

— Los dos apenas pasaron el límite de los cuarenta puntos — interrumpió Sugawara con obviedad.

Con expresiones decaídas, el dúo de segundo año se alejó a donde sus pertenencias. No obstante, no eran los únicos con aquella cara larga.

— ¿Qué? ¿Hinata reprobó Inglés? — exclamó el peligris —. Pero estaba muy confiado... —.

— Parece que no se dio cuenta hasta el final de que llenó la hoja de respuestas por una casilla de más — mencionó Tsukishima con el examen en manos.

— ¿En serio? — se incluyó Azumane —. El profesor de Inglés, Ono, no deja pasar esas cosas.

— Yachi-san estaba muy sorprendida — agregó el pecoso.

— Kageyama reprobó Literatura Moderna — murmuró después de entregar el examen a Daichi.

— Parece que hubo muchas preguntas de comprensión lectora — habló Ennoshita —. Se concentró más en memorizar.

— Bueno, no se preocupen tanto — el setter de tercer año intentó calmar las cosas —. No será la única vez que haya partidos fuera... —.

— ¿Cómo llegamos a Tokio? — le cortó Kageyama —. ¿Corremos?

— ¡Necesitamos bicicletas! — sugirió Hinata.

Los demás se miraron con pena al no saber qué hacer.

— Oigan, — habló Tanaka — solo reprobaron un examen, ¿verdad? — sonrió —. Entonces, podrían terminar en la mañana. Después de eso, llamaré a una salvadora.