26 | Salir

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En ningún momento despegó su mirada del contrario de vestimenta blanca quien le observaba con una mezcla de vergüenza y competitividad. Durante la espera del conocido silbido, flexionó con levedad sus rodillas para poder obtener una mejor posición antes de iniciar. Al momento en que la pelota estuvo entre las manos de su equipo, se preparó para recibir no del todo seguro el balón.

— ¡Oikawa! — gritó el de hebras grises.

Saltó lo más alto que pudo. En ese instante, sintió un fresco aire rozar su abdomen al momento en que su playera se alzó. Exhaló, estiró su brazo y golpeó con una increíble firmeza el redondo objeto. El estruendo producido por el choque del balón contra el suelo, afirmó el grandioso punto del de ojos azules.

— ¡Buen remate! — exclamaron con una sonrisa sus compañeros de equipo.

Algo avergonzado, rascó su nuca.

— ¿Por qué Oikawa-san no está en nuestro equipo? — escuchó murmurar a Kageyama al otro lado de la red.

Un sonrojo apareció en su rostro. Por pura curiosidad, desvió la mirada hacia el azabache. Sus mejillas se veían rojizas mientras que su vista estaba en dirección a sus manos.

Cuando el armador le notó, él castaño le dirigió una sonrisa coqueta. Con un ahora notorio color rojizo, Kageyama rápidamente bajó la cabeza con vergüenza.

Oikawa se rió con ternura.

— ¡¿Por qué Oikawa-san tiene que estar en el equipo del idiota de Tsukishima?! — esta vez fue Hinata.

— ¿Podemos cambiarlo por Tanaka?

— ¡Malditos! — escupió el rapado.

— ¡Regresen al juego! — regañó el entrenador Ukai.

En esta ocasión, el segundo punto fue anotado por el alto rubio de primer año.

— Es divertido ver cómo fallan siempre — mencionó.

— ¡¿Qué dijiste?! — exclamó con rabia el pelinaranja.

Yamaguchi se preparó para ejecutar su saque.

¡Buen servicio!

El capitán recibió el balón para enseguida desviarla hacia el azabache.

Tsukishima, Azumane y Oikawa estaban al frente.

— ¿Quién será ahora? — susurró la estrella.

Hinata y Tanaka saltaron a la vez.

El castaño rápidamente corrió hacia el rapado al mismo tiempo que extendía sus brazos en espera de recibir el fuerte golpe de la pelota. Sin embargo, el rematador reaccionó a tiempo y cambió la dirección del ataque —. ¿Ah? —. Al ver que Nishinoya salvó el balón junto a su llamativa pirueta, Sugawara obtuvo la pelota y realizó su levantada hacia el castaño de cabello largo.

Era el tercer punto consecutivo del equipo rojo.

— ¡¿Ese fue el Rolling Thunder?! — preguntó entusiasta el de hebras naranjas.

— ¡Sí! — respondió el líbero —. ¡¡Rolling Thunder!! — rugió con una pose de héroe.

— ¡El Rolling Thunder es genial!

Después del breve momento, volvieron a la práctica para entonces los contrarios finalizar el juego.

Veinticinco a veintitrés fue el resultado.

El silbato sonó —. Bien. Es suficiente por hoy — avisó el rubio de diadema.

— ¡Juguemos otro set, por favor! — interrumpió el pequeño bloqueador.

Sᴀᴛōʀᴜ | Kᴀɢᴇʏᴀᴍᴀ TᴏʙɪᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora