54 | Sub-19

3.3K 429 48
                                    

¿Es todo?

En el interior de aquel fresco cuarto lleno de aparatos médicos, a un lado, la joven de lentes asintió mientras escribía el resultado del reciente acto. Se levantó, tomó camino hacia la puerta y se retiró, para entonces encontrarse con sus compañeros de grado. Se miraron unos segundos, aquel par analizaba al castaño por si intentó algo contra la manager.

— ¿Y bien? — Tanaka fue el primero en hablar.

Observó a los mayores, quienes hablaban tranquilamente. Los de primero aún no llegaban. Posó la vista en el rematador y en el líbero. Una sonrisa con un claro toque de burla se asomó. Escondió sus manos en los bolsillos de la oscura chaqueta del equipo y se inclinó, logrando así una pose intimidante.

Ciento ochenta y cuatro — respondió.

— ¿Coma? — se incluyó Nishinoya.

Tres.

Ambos se congelaron y las fuertes carcajadas del de ojos azules hicieron presencia. Minutos atrás, los pretendientes de la linda joven de lentes habían apostado contra el Oikawa un desayuno, tres panes de Yakisoba y dos jugos.

Hmp. ¿Lo ven? H-He crecido — la amenazante mirada del de mirada somnolienta le había hecho callar.

Entonces, los menores pasaron al cuarto al que todos habían entrado hace algunos momentos. Al encontrar la azulada mirada del azabache, mostró su mejor sonrisa. Cuando lo perdió, palmeó la cabeza del de mechón teñido y se recargó en una de las paredes bajó la sospechosa expresión del rapado, quien observaba al bloqueador y la puerta por donde accedió el armador.

Realmente no tomaba mucho tiempo medir la estatura.

— ¡Hinata! ¿Qué tal? — dijo el del saque flotante.

— Mido ciento sesenta y cuatro coma dos centímetros ¡Crecí uno coma cuatro centímetros! — mencionó eufórico.

— ¡Woh! ¡Qué bien!

— ¿Y tú, Yamaguchi? — interrogó.

El de las hebras verdes rió

— ¡Cinco milímetros más! ¡Ahora mido ciento ochenta centímetros!

— ¡Has superado el metro ochenta! — exclamó algo cabreado.

— ¿Y tú, Kageyama?

El setter fue el siguiente en salir.

— Ciento ochenta y uno — se le veía indiferente.

— ¿Coma? — habló Hinata.

— Nueve.

En seguida, con una pose pensativa, el del ataque rápido detuvo su mirada en la nada.

— También has crecido — murmuró el más alto de ellos.

De repente —. ¡He ganado! — gritó el pelinaranja.

— ¿Qué vas a ganar? — preguntó el azabache.

— ¡Pues he crecido un milímetro más que tú!

— ¡¿Memorizaste la estatura de todos?! — carcajeó el de pecas.

— Eres bastante rápido cuando se trata de calcular este tipos de cosas, ¿no es así, Hinata? — habló Ennoshita.

— ¿Se divierten, enanos? Porque yo sí.

El de lentes fue el último en salir. Un fuerte aura de superioridad le rodeaba en conjunto de una sonrisa socarrona. El castaño se removió algo asustado al pensar lo que el menor diría.

Sᴀᴛōʀᴜ | Kᴀɢᴇʏᴀᴍᴀ TᴏʙɪᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora