17 | Esfuércense

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En el interior de la sala del club de voleibol…

¿Por qué tienes esa mirada tan...?

— ¿Tan seria? — completó Ennoshita.

En ropa interior y de brazos cruzados, —. El torneo comenzará pronto, ¿verdad? — respondió Tanaka.

— Sí.

— Los torneos te encienden, es como prepararse para la batalla — su tono era algo reflexivo.

Si... algo así — estaba confundido.

— Y entonces... tu linda novia viene a verte y... — realizó una pose tierna —. "Mañana por fin será tu torneo, ¿no?" — cambió de lado e hizo una pose masculina —. "Sí, es cierto" — de nuevo, cambió a chica tierna —. "Has estado entrenando duro para esto" — otra vez, pose masculina —. "Si, sé que también ha sido duro para ti también" — negó a la vez que cambiaba de pose —. "No, está bien" — su voz se hizo más aguda —. "Me encanta ver como te esfuerzas Ryū-kun" — ahora, con pose masculina, comenzó a llorar —. "Tú..."

Ennoshita le miraba incrédulo.

— "Me esforcé en pensar qué podría hacer por ti, Ryū-kun, así que hice esto" — siguió con su interpretación —. "¡Un amuleto para la suerte!" — Oikawa quería llorar de la risa, casi podía imaginar a su amigo con cabellera rubia y maquillaje —. "Ryū-kun, esfuérzate mañana" — esta vez, se detuvo y volvió a la normalidad mientras que los otros se dirigieron a la puerta en silencio —. Si me dijera algo así... creo que me encendería mucho más.

— Mientras te la pasas diciendo eso, tomaré tu lugar como regular — señaló.

Bye bye, "Ryū-kun" — simuló la voz de una chica.

— ¡Malditos! — ambos ya se habían retirado.

Con el paso de los días, llegó la no tan esperada reunión motivacional para los clubes de deportes

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Con el paso de los días, llegó la no tan esperada reunión motivacional para los clubes de deportes. Cuando tocó el turno del club de voleibol masculino, Daichi fue quien habló por el micrófono, los demás estaban a sus espaldas.

Hinata parecía querer vomitar por los nervios, mientras que Nishinoya observaba retador a los demás estudiantes y Oikawa quería dormir, pero lo soportaba.

De repente, Tanaka hizo una seña de amor y paz, la cual, segundos después fue golpeada por Sugawara —. ¡Auch! — su expresión fue tan graciosa, que al castaño se le quitó el sueño y se puso a reír de una manera para nada disimulada.

— Oikawa-san — susurró el azabache a su lado —. No se ría, Daichi-san... —.

¿Qué? — frunció el ceño, inmediatamente notó la amenazante mirada del capitán.

— ¿Acaso temblaste? — escuchó susurrar burlón al rubio.

— ¡Ya cállense! — regañó el de hebras grises.

Sᴀᴛōʀᴜ | Kᴀɢᴇʏᴀᴍᴀ TᴏʙɪᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora