12 | Un rubio irritante

5.3K 671 40
                                    

2 - 2 iba el marcador. Esta vez, el balón estaba en el territorio de los adultos.

— ¡A la izquierda! — gritó Asahi.

— ¡Cubre ese lado! — avisó el capitán.

¡Hinata, retrocede! — advirtió al prepararse para bloquear.

— ¡Hinata!

El fuerte remate de la estrella había golpeado su frente, provocando que cayera de espaldas.

— ¡Ahhhh! — gritaron con terror ante la escena. Rápidamente se acercaron a auxiliarlo —. ¡Hinata! — habló el responsable del remate. Lentamente, el de hebras anaranjadas dirigió sus manos a su lastimada frente.

— Oh, está vivo — mencionó Tanaka.

— ¿Estás bien? — interrogó el líbero.

— Lo mires como lo mires, es su culpa por estar distraído — agregó Tsukishima.

¿Podrías mostrar un poco de preocupación? — de brazos cruzados, reprochó al escucharle mientras el profesor Takeda pedía una ambulancia, o al menos lo intentaba.

— Estoy bien, lo siento — murmuró el pequeño pelinaranja, se había sentado.

— ¿Estás seguro? Toma un descanso, por si las dudas — recomendó el joven de barba.

— De verdad estoy bien. No pude esquivar el balón, no es la gran cosa — sonrió para evitar dudas —. Además, estoy acostumbrado a ser golpeado en la cara.

— No te acostumbres a algo así — mencionó en tono preocupado Sugawara.

El de baja estatura comenzó a reír al recibir tanta atención; sin embargo, se detuvo al sentir una pesada aura.

— ¿Por qué estás distraído durante un partido? — preguntó en un murmuro. Hinata rápidamente se alejó del azabache —. Lo sé. La estrella es genial pero, tú eres mejor como carnada, humilde y nada sofisticado.

En lo que ambos chicos de primero discutían o lo que sea. Con disimulo, Oikawa se dirigió a la banca para beber un poco de agua al sentir su garganta algo seca. Cuando giró, casi suelta un grito al ver al rubio de lentes a unos pasos imitando su acción.

— ¡Eres alto! ¡No podrías comprenderlo! — rápidamente, el mayor se giró.

“¿De qué me perdí?” — pensó.

Un fuerte ruido se escuchó.

— ¡Hey, club de voleibol! — todos enfocaron su atención sobre el profesor que había abierto el portón —. Es hora de cerrar, guarden todo.

— Lo siento, no hasta que termine este partido — interrumpió el profesor Takeda.

— Pero es tarde.

— No se preocupe, tomaré responsabilidad al cerrar.

— ¡Sensei, muchas gracias! — exclamó Daichi al ver que el otro maestro se retiraba. 

El profesor de lentes le respondió con un orgulloso pulgar arriba.

— Take-chan, eres genial — elogió el rapado.

— ¡Bien, continuemos! Oikawa, no te acabes el agua — el mencionado se atragantó ante el llamado de atención.

— ¡Bien, continuemos! Oikawa, no te acabes el agua — el mencionado se atragantó ante el llamado de atención

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Sᴀᴛōʀᴜ | Kᴀɢᴇʏᴀᴍᴀ TᴏʙɪᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora