33 | Niñeros

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— Empezaré a empacar, traigan las cosas — avisó Sugawara.

Después del partido, era momento de que Karasuno partiera a casa.

— ¡Sí!

Una de sus manos revolvió su castaña cabellera con flojera, bostezó y miró al azabache a su lado.

Sus ojos estaban fijos en él.

Pffft — sonrió divertido —. ¿Tengo algo en la cara? — murmuró algo cerca de su oído.

Cuando pareció salir de su trance, Kageyama solo desvió la mirada con un color rojizo en su rostro. Oikawa en cambio pellizcó una de sus mejillas con ternura.

Tú también eres lindo, — agregó — aunque preferiría "atractivo".

El menor reaccionó con un golpe hacia el brazo contrario.

— Calla... — susurró avergonzado.

Aunque no lo pareciera, ambos disfrutaban de su cercanía.

Al prepararse para subir al autobús, cuando era el turno del castaño, alguien le detuvo:

— ¡Hey, tú!

Giró hacia el responsable e inmediatamente frunció el ceño.

¿Sí?... — aún desconfiaba del chico.

Con una sonrisa emocionada dijo —. Eres Oikawa Satōru, ¿cierto? — el mencionado asintió extrañado —. ¡Yo soy Lev Haiba! ¡Oh! — con su teléfono en mano, hizo no sé qué cosa y señaló la pantalla —. Es una lástima que no hayamos competido juntos pero... ¡¿Puedo tomarme una foto contigo?!

— ¡No lo molestes, idiota! — regañó el capitán de Nekoma.

Oikawa estaba tan confundido ante la repentina petición que inconscientemente asintió.

Tomaron la foto y, —. ¡Gracias! — su alegre expresión rápidamente cambió a una mirada competitiva —. La próxima vez los venceré.

Por fin, el castaño reaccionó.

Eso lo veremos pronto — sonrió con orgullo.

Entonces, recordó las palabras del neko.

"Eres Oikawa Satōru"

¡Había dicho su nombre sin tener que mencionar a su hermano!

— ¡Oikawa, apresúrate! — gritó Daichi.

Al escuchar su nombre, le dirigió una última mirada al peligris para después correr hacia sus compañeros. Subió al autobús y buscó su asiento. Cuando pasó cerca del joven armador, algo tiró de su muñeca, esto provocó que se sentara a su lado. Miró al azabache pero este se encogió de hombros.

Negó levemente para restarle importancia a lo recién ocurrido y comenzó a acomodar su mochila junto con la del menor. Lentamente se dejó llevar por el cansancio.

Casi a punto de caer dormido, sintió una mano entrelazarse con la suya. Sonrió y apretó aún más el agarre mientras con su pulgar realizaba algunas caricias. En cuanto el menor se recargó en su hombro, imitó la acción para finalmente dormir.

— Descansa — alcanzó a escuchar por parte de Kageyama.

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Sᴀᴛōʀᴜ | Kᴀɢᴇʏᴀᴍᴀ TᴏʙɪᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora