25 | ¡Es prestado!

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Gracias — agradeció cuando el mayor le entregó el cambio.

Con una bolsa de Taiyakis entre manos, salió de la tienda.

— ¿Otra vez? ¡Maldición!

Tana-... — alguien más le interrumpió.

— Tanaka-san, ¿qué está haciendo? — preguntó el de hebras anaranjadas.

En el momento que giró su cabeza para saludar al de baja estatura, se encontró con la mirada azul del joven armador. Con una sonrisa, saludó a sus tres compañeros, —. Hola, de nuevo — aunque esta iba más dirigida para el azabache.

— Es un juego que le pedí prestado a mi hermana — respondió el rapado aún con la vista en el aparato.

— Oh, es ese juego que está de moda ahora — agregó Azumane.

El otro par de tercero, quienes estaban en la espera de la pequeña merienda, se incluyeron a la breve plática —. Tanaka... — habló Daichi —. Delante de ti hay un funcionario del colegio, así que no te lamentes tan abiertamente acerca de un juego

— ¿Ah? — exclamó el entrenador Ukai —. A mi no me interesa nada después del entrenamiento — contestó mientras cargaba una caja de bebidas alcohólicas ya vacías, para finalmente entrar a la tienda.

— Este juego es del que hablaba Kenma — murmuró repentinamente Hinata cuando se puso de cunclillas a un lado de Tanaka.

— No importa cuántas veces lo intente, siempre termino asesinado por este tipo.

— ¡Ryū! — gritó Nishinoya, para después auto-señalarse —. Yo me vengaré por ti.

Agarró el aparato color rojo e inició a jugar. Algunos se habían puesto tras de él para observar mejor el juego.

¿No se supone que la línea que se está borrando debería ser del villano? — murmuró.

— Oh... — el líbero entró en estado de shock, había perdido.

— Recibiste perfectamente todos los ataques — señaló el rapado.

— De algún modo, eso es increíble — agregó el pequeño bloqueador.

Incluso había palidecido.

— Tenía que ser el genio líbero — dijo la estrella.

— Entonces, todo lo que tienes que hacer es derrotarlo atacando sin recibir golpes, ¿cierto? — habló Kageyama en un tono confiado.

— ¡Ha! Es más fácil decirlo que hacerlo.

El azabache solo mostró una sonrisa retadora.

— Oikawa, ¿estás bien? — susurró Sugawara.

Con un conocido tono rojizo sobre sus mejillas, asintió a la vez que repartía lo casi recién comprado.

Conforme pasaban los minutos, el sonido de las teclas del jugador fueron acelerando hasta que... —. ¡Maldito! ¡Deja de joderme! — Kageyama explotó.

— ¡Hey! ¡Te dije que es prestado! — exclamó Tanaka con preocupación.

"Game Over" apareció en la pantalla.

— Justo como en el voleibol — habló con pena el peligris al sentir el aura deplorable del armador.

Sentado sobre una de las esquinas de la banqueta, Nishinoya aún seguía en shock

— Así que esta es la verdadera personalidad de Kageyama — dijo con gracia el pelinaranja.

— ¡Hinata, te patearé el trasero! — rugió el de ojos azules.

Sᴀᴛōʀᴜ | Kᴀɢᴇʏᴀᴍᴀ TᴏʙɪᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora