[Kageyama Tobio x Male! Reader]
Sᴀᴛōʀᴜ | ¡¿El hermano de Oikawa Tōru en la preparatoria Karasuno?!
•Los personajes y la serie son propiedad de Haruichi Furudate.
•La imagen original es creación de @ksk535.
•Las imágenes presentadas durante la histor...
Aunque comenzaron a sentir fatiga, con solo beber un poco de agua se sintieron preparados para aprovechar el tiempo libre y practicar el mayor tiempo posible.
— Oye, lentes — habló el as de Fukurodani —. ¿Quieres ayudarnos a practicar de nuevo?
Hinata, quien pasaba para recoger su botella, no pudo evitar escuchar con sorpresa al de ojos dorados.
— Lo siento. Paso — respondió para tomar camino hacia la salida.
— ¡¿Ah?! — indignado, el pelinaranja lo siguió .
— ¿En serio? — el chico miró hacia el capitán de Nekoma —. ¡Kuroo!
— Paso... —.
— ¡Todavía no dije nada! — exclamó molesto —. ¡Oikawa! — el bloqueador se encontraba sonriendo alegremente hacia el azabache setter.
— ¿Qué? — frunció el ceño.
El peligris se había acercado.
— ¿Quieres ayudarme a practicar de nuevo? — preguntó con una sonrisa confianzuda.
— ¿Y recibir tus fintas? No gracias — hizo un ademán.
— ¡¿Hah?! — expresó irritado. En eso, su exasperado armador pasó a un lado —. ¡Akaashi, dile que yo no hago fintas!
El de cabellos oscuros solo se encogió de hombros y habló.
— ¿Puedes ayudarlo a practicar? Por favor.
Un gesto divertido se dibujó en su rostro —. Bien, lo haré sólo porque dijo "por favor".
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— ¡Neko! — gritó al elevar el balón hacia su dirección.
La práctica se había dividido en equipos de dos intrigantes. Realmente no importaba mucho quién ganaba más, Bokuto era la excepción, él estaba ansioso por derrotar a los contrarios. El de ojos gatunos sonrió animado al prepararse para rematar. Esta creció aún más al ver la expresión frustrada del de mechones negros.
Había fallado su bloqueo.
— Buen pase, cuervo — halagó el de playera negra al caer.
Cuando se dispusieron a repetir la jugada, un individuo los interrumpió. Interesados ante su presencia, se acercaron.
— ¿Oya? — pronunció Kuroo.
— ¿Oya? ¿Oya? — siguió Bokuto.
— ¿Oya? ¿Oya? ¿Oya? — finalizó con curiosidad.
Tsukishima había entrado al gimnasio.
— Quisiera preguntarles algo, ¿puedo?
— Claro — respondieron a la vez los dos capitanes.
