Sᴀᴛōʀᴜ | Kᴀɢᴇʏᴀᴍᴀ Tᴏʙɪᴏ

21 | ¿Yogur o Leche?

— ¡Kageyama, buen saque!

Al escuchar el silbato, se preparó y realizó un saque con salto —. Nice home run — que contó como punto del Seijoh.

— ¡No te preocupes! — animó el capitán.

Desde la banca, junto a sus otros compañeros, Oikawa observaba con atención el vibrante partido. Aoba Jōsai llevaba la delantera por tres puntos, y parecía que esto iba afectar al azabache. Fue peor al darse cuenta que era turno del armador para hacer el saque.

La llamativa escuela seguía en coro el proceso del monstruoso saque de su armador estrella —. ¿Eh? ¡¿Estaba apuntando a Nishinoya?! — exclamó el peligris al notar el curioso movimiento del balón.

Sorprendentemente, el líbero logró recibirla sin ningún problema —. ¡Eso fue increíble! — y el par de de primer año anotó gracias al ataque rápido.

No obstante, dos puntos después, Seijoh pidió un tiempo muerto. El castaño miró con duda a su hermano. Pensó por un momento las posibilidades de su causa, hasta que recordó la noche anterior.

— ¿Será que ya se dieron cuenta?

— Si, estoy seguro — miró de soslayo a su mayor para enseguida regresar la mirada a su equipo.

— Demonios, eso fue rápido — murmuró con molestia el azabache.

Nishinoya y Tanaka se les acercaron —. ¡Hey! ¿Por qué pones esa cara tan seria? No es común en ti.

— No, Noya-san. En realidad así es como siempre se ve — Oikawa rio —. Pone esa cara cuando está tratando de decidirse entre beber leche o yogur.

— E-Eso... Es-s... ¡Eso no tiene nada que ver contigo! — se excusó.

— ¿Pero con Oikawa sí? — sonrió burlón el rapado.

El menor respondió con un sonrojo y Oikawa, él solo sonrió recordando el divertido y penoso momento:

Durante su receso, ambos jóvenes de segundo año se dirigían a una zona específica de la secundaria, lugar donde les esperaba el carismático líbero.

— ¿Quieres beber algo? — preguntó al casi estar cerca de la máquina de bebidas.

— Yo paso — respondió Tanaka.

Cuando llegaron a la mencionada máquina, se encontraron con el azabache de primer año frente a esta con una expresión frustrada, a la vez que, señalaba entre la cajita de leche y la de yogur.

— Pfff.

Al escuchar a su lado unas carcajadas, Kageyama giró con enojo —. ¡No fasti-... — calló al ver la sonrisa de su senpai.

— Buen día Kageyama — saludó con amabilidad el joven bloqueador mientras se escuchaban las no tan disimuladas risas de su amigo —. ¿Aún no decides? — preguntó.

Avergonzado, el menor negó.

Oikawa le dirigió una sonrisa compasiva y se acercó. Del bolsillo de su pantalón, sacó una moneda (yen), se la enseñó y señaló ambos lados —. Sol será leche, cara será yogurt ¿Cuál eliges?

— Cara — murmuró Tanaka al tener curiosidad por el juego de azar.

El armador lo pensó por un momento —. Sol — respondió.