41 | La Inter-high ha iniciado

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Suspiró. Ama con toda su alma a su progenitora. Ella es una parte muy importante de su vida. Es ella quien siempre lo apoyó, apreció y cuidó: Su adorada madre. Sin embargo, había veces que, ese cariño que tanto le otorga, se convertía en un peculiar sentimiento.

"¿Ya le dijiste a Tobio que comerá con nosotros?"

"Cuando terminen sus partidos, vengan a casa"

"Satōru, ¿si le avisaste? Más vale que sí"

"¡Quiero conocer a mi nuero!"

"¿Si le dijiste? ¿Es alérgico a algún condimento? ¿Qué comida es su favorita? ¡Debo impresionarlo!"

Miró por última vez la pantalla de su celular para entonces guardar el aparato en su mochila. Apreciaba mucho el que su madre aceptara al joven armador; no obstante, temía incomodarlo si es que llegara a aceptar.

Los fuertes ruidos de su alrededor no hacían nada más que provocarle sueño. Era claro que sentía emoción y un poco de nervios. Solo tenían una oportunidad para mantenerse en la competencia junto a los equipos más fuertes. Ansiaba volver a enfrentarse a su mayor.

¿No quieres una bebida? — susurró.

A pesar de verse algo asustado, el joven de hebras verdes negó.

— H-Hinata, ¿estás bien? — cuestionó la pequeña rubia.

Su aspecto no era el mejor. Su piel pálida, el constante movimiento de sus brazos al presionar su abdomen y su aterrada expresión... No estaba bien.

— Sí, estoy bien. Vomité de camino y me siento mejor.

Y no era el único. Sentado a un lado de los más altos de Karasuno, Yamaguchi temblaba. Su expresión era de horror. Él se encontraba en una situación peor.

— Tenías que enfermarte después de comer tantos tazones de cerdo a primera hora — expresó irónico el de lentes.

— ¡Es normal comer cerdo cuando hay partido! — se excusó.

Si quieres vomitar en pleno juego, sí — agregó aún pendiente del joven de pecas.

— ¿Eso es normal?

— ¡Idiota! ¡Hinata, estúpido idiota! — exclamó el azabache.

— El vocabulario de insultos de Kageyama se limita a "idiota" — mencionó el capitán.

— ¡Tra-Trataré de aumentar mi vocabulario!

Ni se te ocurra — murmuró amenazante.

La expresión de Yamaguchi empeoró. Una de sus manos cubrió su boca.

— Luego de recordar a Hinata vomitando, creo que yo también lo haré... — susurró.

¡¿Eh?!

— ¡Ve al baño, rápido!

Reaccionaron los dos bloqueadores.

— Y-Yo también me siento mal por los nervios — expresó Azumane. Una arcada salió de sus labios e instantáneamente se cubrió.

— ¡Creí que estabas concentrándote, pero...! ¡¿Te aguantabas las ganas de vomitar?! — exclamó Sugawara.

Mientras tanto, el pelinaranja bebía tranquilamente de su jugo de naranja. Esto logró que recuperara color en su piel.

— Shōyō, ¿en serio es la segunda vez que vomitas en el autobús? — interrogó el líbero.

— Pudiste aguantar hasta que paró el autobús en vez de vomitar sobre la entrepierna de alguien. Has crecido, Hinata — agregó Tanaka.

Sᴀᴛōʀᴜ | Kᴀɢᴇʏᴀᴍᴀ TᴏʙɪᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora