37 - En espiral

339 52 33
                                    

Canción: Those Were The Days - R Plus

We were kids
We'd know it all
We will live
We will love forever more

*

Wei Wuxian se detuvo en la puerta, la cabeza inclinada hacia arriba y la mirada fija entre un enorme letrero con el nombre del orfanato y el cielo. De niño creía que cuando creciera el letrero y el cielo no estarían tan lejos de sus manos. Le bastó extenderla para confirmar que se equivocaba. Seguía siendo muy pequeño en comparación.

A su lado, Lan Wangji no le quitaba los ojos de encima. Percibía su preocupación aunque no escuchara sus palabras. Wei Wuxian se volteó a mirarlo sonriendo en competencia con el sol de la mañana.

—Lan Zhan... bienvenido a mi antigua casa.

Lan Wangi tomó su mano y Wei Wuxian empezó a caminar saboreando cada segundo de esa primera vez que atravesaba esa entrada en compañía de alguien. Había recorrido ese sendero infinidad de veces, en circunstancias diversas, ninguna de las cuales le ofrecía la sensación de seguridad que en ese instante le invadía.

Golpeado por una oleada de sentimientos encontrados, tomó aire dos, tres, cuatro veces, en un intento desesperado para evitar el ardor en sus ojos. Era muy temprano para llorar. Lan Wangji apretó su mano como si leyera su mente y, como por arte de magia, la tierra bajo sus pies volvió a aparecer.

—Shijie ya debe estar en el comedor —dijo Wei Wuxian sin molestarse en aclarar su garganta—. Espero que no te espantes.

—¿Por qué me espantaría?

—Ni siquiera soportas el comedor del instituto. Este no se compara.

Por la forma en que Lan Wangji lo miró, Wei Wuxian supo que este no le creía.

—Ahhh... Lan Zhan... no conoces el caos, pero lo conocerás pronto.

Halándolo del brazo, Wei Wuxian llevó a Lan Wangji hasta la puerta del comedor, la cual abrió de repente queriendo hacer una entrada triunfal. En su interior, decenas de niños sentados en varias mesas largas de madera esperaban su desayuno en silencio.

—¡A-Xian!

Jiang Yanli corrió hasta ellos y los recibió con un enorme abrazo. Detrás de ella, se asomaron unas cabecitas curiosas, al tiempo que todo el comedor volteó a mirarlos.

—¡Es el profe Wei!

Wei Wuxian trató de dividir su atención entre la avalancha que iba a saludarlo y la transición en el rostro de Lan Wangji al ver cómo el comedor que había encontrado en total paz se convertía rápidamente en un campo de batalla.

—Te lo dije —le susurró sin saber si Lan Wangji lo escucharía.

Entre el abrazo de su shijie y unas manitas que se agarraban de sus piernas, Wei Wuxian trataba de recordar tiempos que parecían tan remotos, cuando solo había pasado par de meses desde su última visita.

Wei Wuxian cargó a la niña más pequeña que lo llamaba sin parar.

—¿Me extrañaste, meimei?

La niña asintió sin dejar de mirar a Lan Wangji.

—¿Por qué no te creo? —la niña ignoró la pregunta. Wei Wuxian empezaba a creer que quería que la cargara solo para estar más cerca de Lan Wangji—. ¿Te gusta este gege?

Al notar que las orejas de Lan Wangji y las mejillas de la niña se ponían rojas al mismo tiempo, Wei Wuxian soltó una carcajada.

—Tienes una fan, Lan Zhan.

Saudade [WangXian] [AU moderno]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora