08 - Distracción

393 59 3
                                    

Canción: Can't Get You Out of My Head - The Sweeplings (Cover)

I just can't get you out of my head
Boy it's more than I dare to think about...

*

Lan Wangji pasaba por casualidad cuando escuchó algo que lo hizo frenar en seco.

—¡Qué delicia!

El problema no eran las palabras, era el tono. Demasiado insinuante. Con disimulo, miró hacia el lado de donde procedía dicha voz y se encontró con un rostro que, a pesar de tener varios días sin ver, recordaba con detalles.

Wei Wuxian tenía cara de estar haciendo de todo, menos tomar una taza de chocolate caliente. La especialidad del comedor del instituto. Una de las formas de diferenciar a los nativos de los visitantes era su reacción al chocolate. Pero lo de Wei Wuxian era... una exageración.

Para salvar puntos de su dignidad, el comedor estaba casi vacío a esa hora. Casi todos los estudiantes se habían ido a casa y dos o tres profesores tomaban un café o un té para cerrar la jornada. Lan Wangji solo pasaba para llenar su termo de agua. Empezaba a arrepentirse porque sabía que...

—¡Lan Wangji! Estás aquí.

...Esto iba a suceder.

—Pensé que era mentira que dabas clases en este lugar.

Los demás volcaron su atención hacia Lan Wangji y el famoso nuevo profesor de química. Nadie se atrevía a dirigirse de esa manera al nieto menor de Lan Qiren, al egresado estrella de la academia, al profesor más ilustre del área de informática.

—Wei Wuxian —dijo Lan Wangji como un saludo carente de expresión.

—¿Por que no me dijiste que este chocolate era tan rico?

Lan Wangji no se dio cuenta del momento en que pasó, pero Wei Wuxian estaba a su lado, casi hombro con hombro, pasándose por alto el espacio personal que para Lan Wangji era más sagrado que las reglas del instituto y la puntualidad. De repente recordó que el bebedero que quedaba al final del pasillo donde estaba su oficina no estaba tan lejos como creía. El paseo por el comedor le estaba saliendo caro.

—Eso no es parte de la inducción.

—Debería serlo —respondió Wei Wuxian con tanta seriedad que no había forma de ignorarlo. Sin aviso, se detuvo colocando una mano sobre la muñeca de Lan Wangji—. Dame un segundo —entonces se volteó—. Nos vemos mañana, Mianmian. Recuerda escribirme para el material.

Mianmian le sonrió levantando un pulgar y Lan Wangji seguía sin entender qué ocurría y por qué estaba en medio del comedor con Wei Wuxian sosteniéndolo del brazo.

—Vámonos, Lan Wangji.

—¿Ir dónde? Acabo de llegar.

Wei Wuxian abrió la boca, se rió y soltó a Lan Wangji, todo casi al mismo tiempo y tan deprisa que no daba tiempo para procesar sus acciones. En su rostro había una mezcla de vergüenza y picardía; era difícil para Lan Wangji adivinar donde terminaba una y empezaba la otra.

Si fuera otra persona, ya estaría hablando sola en medio del comedor, pero con Wei Wuxian, para su sorpresa, se quedaba allí esperando por la siguiente acción de una trama impredecible.

—Voy a llenar mi termo —explicó Lan Wangji a un Wei Wuxian que aun buscaba las palabras correctas.

Lan Wangji fue hasta uno de los bebederos, llenó el termo y cuando se disponía a marcharse se dio cuenta de que Wei Wuxian ya no estaba en el comedor.

Saudade [WangXian] [AU moderno]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora