Canción: Skin - Madonna
Kiss me, I'm dying
Put your hand on my skin
I close my eyes
I need to make a connection
I'm walking on a thin line*
Wei Wuxian no quería cerrar los ojos. Mantenerlos abiertos le costaba tanto, pero tanto, sin embargo lo intentaba. Valía la pena el esfuerzo. La vista de Lan Wangji sobre él, dedicándole una mirada cargada de cosas para las cuales no existían palabras en el diccionario, con mechones rebeldes enmarcando su rostro ligeramente sonrojado, sus labios coqueteando con una curva discreta que no era sonrisa, sino mucho más, era algo a lo que no estaba dispuesto a renunciar. El problema era que las manos de Lan Wangji causaban en él efectos más fuertes que su capacidad de controlar sus párpados.
En un momento, su espada se curvaba, de repente extrañaba esos labios sobre sus labios. Luego esos labios sobre su cuello, acompañados de pequeños mordiscos que arrancaban suspiros o quejidos. O la mano que tímidamente subía desde su rodilla hasta su entrepierna. O la forma juguetona en que Lan Wangji mordía el lóbulo de su oreja, mientras su respiración entrecortada le causaba un escalofrío que llegaba a la planta de sus pies.
Mientras tanto su cerebro luchaba para conectar la imagen del Lan Wangji que conoció en el instituto, el que no sabía sonreír, el de las miradas de desaprobación y la disciplina intachable, con el Lan Wangji que se revelaba ante él como una película inédita, que aprendía con increíble rapidez y memorizaba los movimientos y los rincones de su piel donde arrancaba los mejores gemidos.
Wei Wuxian también quería hacerlo sentir lo que él estaba sintiendo, mas no encontraba oportunidad de escapar de aquel ataque imprevisto, del cual no tenía queja alguna excepto el temor de que todo terminara muy rápido porque se sentía demasiado bien.
Cuando volvió a abrir los ojos -sin recordar el momento en que los había cerrado- Lan Wangji estaba besando el trayecto debajo de su ombligo y el sonido que escapaba de su garganta era algo que le avergonzaría en otras circunstancias. La cola de Lan Wangji era casi un recuerdo; los mechones que caían a cada lado de su rostro eran cada vez más, rompiendo la armonía característica de su dueño. Entonces se dio cuenta de que gran parte de la cola de Lan Wangji estaba en su mano en forma de puño y probablemente ese look desaliñado fuera obra suya.
Lan Wangji levantó la mirada cuando la mano de Wei Wuxian soltó su pelo y Wei Wuxian sentía que iba a morir. No podía computarlo... Lan Wangi entre sus piernas, con el mentón apoyado justo debajo de su ombligo, con los ojos clavados en los suyos enviando un mensaje que bailaba entre la advertencia y la anticipación.
—Lan Zhan...
Ven aquí, quería decirle, pero no salía nada más. Lan Wangji sonrió sin disimularlo y Wei Wuxian aceptó su destino. Estaba perdido. No había vuelta atrás. Si existía la opción de no abandonar nunca esa cama y ser el único testigo de esta versión de Lan Wangji, firmaría sin pensarlo, sin leer las letras pequeñas del contrato.
Ya sabía que Lan Wangji tenía un ego inflado que sabía camuflar muy bien con su personalidad serena. Ahora ese monstruo no necesitaba ocultar lo mucho que estaba disfrutando volverlo un manojo de nervios que experimentaba todos los estados de la materia en cuestión de segundos.
La sonrisa desapareció, dando paso a otra mordida y más besos y más hacia abajo y Wei Wuxian solo atinaba a echar la cabeza hacia atrás y morderse los labios y dejar de pensar en lo que vendría después, porque sería muy vergonzoso venirse en sus pantalones cuando la fiesta apenas comenzaba.
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Saudade [WangXian] [AU moderno]
Hayran KurguLan Wangji es el mejor profesor de programación del Instituto Lan. Wei Wuxian es un químico brillante recién llegado a Gusu. Cuando sus caminos se cruzan, los sueños que creían haber dejado atrás regresan, junto a las respuestas que ambos han estado...