Cuando Lan Xichen vio una figura de negro pasar a toda prisa por el pasillo hacia el salón del fondo, su corazón dio un salto que lo dejó preocupado por un breve instante. No era que aquello significara algo serio... de un susto no iba a morir. Pero la impresión fue tan grande que no le quedó más remedio que seguir a esa persona. Sus ojos lo habían engañado tantas veces, quizá producto de su insistente esperanza. Por eso no quería sorprenderse antes de tiempo. Primero confirmaría sus sospechas, luego se daría permiso para celebrar.
Su verdad era simple: estaba cansado. De ver a las personas cometer las mismas estupideces siglo tras siglo, de esperar por sus seres queridos y sus cuentas por pagar, de creer que esta sería la última vez unas... tantas veces.
—Lo inmortal no quita lo inocente —se dijo a sí mismo persiguiendo al torbellino negro que iba directo al salón donde Lan Wangji ya había iniciado la evaluación. No necesitaba una bola de cristal para ver problemas en el futuro inmediato.
En otras circunstancias dejaría que el hombre en cuestión se quedara fuera del examen porque él era un Lan, quizás el más flexible de todos, pero un Lan a fin de cuentas. Y las reglas eran las reglas. Aunque este hombre todavía estaba a tiempo, según lo estipulado. Sí, se ampararía en ese vacío legal y en el hecho de que llevaba literalmente miles de años esperando que estos dos seres se reencontraran. Y, para qué mentir, alterando las leyes del universo para que ese reencuentro se diera. Sin embargo, esa mañana volvía a confirmar que las cosas pasaban cuando tenían que pasar. Ni antes ni después.
Cuando se acercó a él, sus dudas se aclararon. Wei Wuxian seguía siendo muy... Wei Wuxian. Y esta reunión tenía que ser igual de tensa y caótica que la primera. Ironías del universo. Quería reírse hasta que le faltara el aire, hasta que le llamaran loco incluso, mas no era el momento indicado. Iba a romper su promesa de no intervenir, pero si no lo hacía, quién sabía cuántos años más tendría que esperar. Además, no iba a alterar el curso de las cosas, solo... dar un empujoncito al vagón atascado del destino.
—¿Todo bien? —preguntó con su acostumbrado tono de no saber lo que estaba pasando pero sabiendo muy bien. Ese que sacaba a Lan Wangji de sus casillas, aunque solo él pudiera interpretarlo a partir de su neutra expresión.
La mirada de Lan Wangji se tornó más fría... sí, era posible. El hombre podía congelar el infierno si se lo proponía. Más o menos podía adivinar lo que estaba pensando, pero ni en esta vida ni en ninguna de las anteriores, Lan Wangji se atrevía a contradecirlo aunque sus puntos de vistas chocaran.
Wei Wuxian entró al salón y el oxígeno regresó a sus pulmones. Aun no podía cantar victoria, pero era un paso menos. Este Lan Wangji era igual de terco que el primero... eso lo calmaba un poco. Antes deque lo acusaran de pesimista, tenía derecho a defenderse. Este escenario no era nuevo. Bueno, el encuentro era nuevo, pero que Lan Wangji apareciera con el mismo nombre y el mismo físico del original, ya había ocurrido un par de veces... sin resultados.
Lan Xichen podía coleccionar historias sobre las diferentes encarnaciones de su hermano. De hecho, llevaba esa colección hasta hace un par de siglos, cuando la cantidad de pergaminos en la cámara prohibida era tan absurda que tuvo que parar. Al principio era un honor para él y para el resto del clan que él fuera el primer inmortal entre los Lan... luego se convirtió en una lenta tortura.
Su camino no era seguir entre los mortales. Como buen cultivador lo sabía muy bien, pero la ida a destiempo de Wangji, más toda la historia con Wei Wuxian, se convirtió en una marca enorme que no lo dejaba avanzar. Fuera cierto o no, sentía que estaba en deuda con su hermano. Con Wei Wuxian y con todos los inocentes que sufrieron. No, no fue culpa de ellos, pero el silencio de los Lan, su forma de mantenerse al margen de los conflictos, fueron actitudes que le persiguieron hasta el presente. ¿Habría sido distinto? ¿O era parte del aprendizaje? Sus años de reclusión antes de ascender no le sirvieron para aclarar esas y otras dudas. Todo lo contrario: mientras más tiempo llevaba entre los mortales, menos les comprendía.
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Saudade [WangXian] [AU moderno]
FanficLan Wangji es el mejor profesor de programación del Instituto Lan. Wei Wuxian es un químico brillante recién llegado a Gusu. Cuando sus caminos se cruzan, los sueños que creían haber dejado atrás regresan, junto a las respuestas que ambos han estado...