T2:E5: Nunca Murió

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1  M E S  D E S P U E S

—Hoy avanzamos increíblemente, Zac. Eres un niño asombroso.

Le digo al niño de ojos cafés mientras conduzco la pequeña silla de ruedas.

—Doctora, Sydney. ¿Cree que pueda sobrevivir para volver a ver a mi papá? —me detengo en seco.

Escuchar a un niño preguntar eso, dolía, y dolía hasta lo más profundo.

—¿Dónde está tu papá? —pregunto tomando su pequeña y fría mano.

—En la guerra. Peleando por nuestro país, es un gran militar —sonrío al ver toda la empatía en el rostro de Zac.

—Bueno... Esto también es una guerra, tu también eres un gran militar, cielo. Así que, debes defender con mucho valor tu cuerpo, para que el cáncer no gane esta batalla. —sonrío tratando de contener el llanto—Te prometo que vas a volver a ver a tu papá.

La vida de Zac y de aproximadamente ocho niños estaba en mis manos, había hecho un juramento y lo iba a cumplir, el cáncer no se iba volver a llevar a nadie, mientras yo siga viva.

***

—Detesto comer aquí, es horrible —sonrío al escuchar la molesta voz de Maddison.

—Esta es la vida de un médico, deberías empezar a acostumbrarte —digo tomando la bandeja de comida.

—¿Cómo estuvo Zac hoy? —pregunta.

—Bien, definitivamente la idea de la piscina fue un éxito, sus piernas se están fortaleciendo pero... —me detengo cuando siento un nudo en la garganta.

—Pero...

—Hicimos estudios y... La leucemia esta acabando con sus glóbulos rojos, será difícil —suspiro.

—Es horrible el cáncer —dice con una expresión seria, sin embargo esta cambia de pronto—¡Por cierto!, tu y Max se veían muy divertidos anoche en el Crawl —Madisson sonríe.

—¿Se qué hablas? —sonrío algo confundida.

—Sí, quise saludar pero cuando subí al balcón ya se habían ido.

Pude sentir mi corazón partirse en dos. Estaba pasando de nuevo, Max estaba haciendo cosas a mis espaldas, de nuevo.

***

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***

El silencio en el auto era realmente incómodo. Pero estaba tan molesta que si abría la boca, seguramente sería para mal decirlo en mil idiomas. El hombre parecía ya notar mi inconformidad así que tampoco dice nada.

Después de unos largos minutos de tensión, llegamos a casa. No hago más que bajar del auto y rápidamente caminar hasta la puerta para entrar, sin embargo. Me detiene.

—¿Qué tienes? —pregunta mientras sujeta mi brazo.

Realmente no quería responderle, quería que me lo dijera por sus propias palabras, aunque sé que eso era algo imposible.

—Sydney. Estás rara desde que te recogí en el trabajo, ¿qué pasa?.

—¿Por qué llegaste tarde anoche, y antenoche? —lo observo fijamente.

—Trabajo, ya lo sabes.

—No sabía que ahora tu trabajo era en el crawl —la expresión de Max cambia radicalmente.

—No entiendo...

—Radina —suelto—La haz vuelto a buscar, ¿cierto? —siento todo mi cuerpo ser sumergido en un mar de ira. Niego con la cabeza cuando noto como su boca se abre, tratando de encontrar una explicación.

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—Vete, Max

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—Vete, Max. No dormirás aquí esta noche.—Digo antes de abrir la puerta—Y más vale que resuelvas esto antes que este matrimonio se valla al carajo.

***

Despierto cuando noto que mi teléfono no paraba de sonar, lo tomo para darme cuenta que habían llamadas perdidas de mi madre y Sophia. Rápidamente me levanto para salir e ir a casa de mi madre. —¡Por Dios, mamá! —exclamo cuando la veo junto a Sophia afuera de mi casa —¿Qué pasa, están bien?

—Sydney. Tenemos que hablar. —responde Sophia.

***

No puedo dejar de ver a mi madre y Sophia quienes esperan el té en la pequeña mesa de la terraza. Sus rostros estaban pálidos y solamente se limitaban a mirarse la una a la otra.

—¿Ya me van a decir que sucede? —pregunto mientras coloco las tazas frente a ellas.

—¿Max está aquí? —Sophia pregunta evadiendo por completo la mía.

—No, salió. —respondo sin más.

—Sydney realmente no sabemos cómo decirte esto — dice mi mamá finalmente.

—Me están asustando —digo.

—¿Recuerdas el viaje que hice hace seis meses a Nueva York? —Sophia pregunta observandome fijamente.

No hago más que asentir con la cabeza, las ansias me comían viva al igual que el miedo que sentía por lo que me fueran a decir—Quizá vas a odiarme, por no decírtelo antes. Pero no estaba segura.

—Solo habla, Sophia.

Mi corazón latía tan fuerte en estos momentos, podía imaginarme cualquier cosa en estos momentos.

—Creemos que Harry... Nunca murió.

S A F E || Segunda Temporada || H.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora