La tormenta cada vez asotaba más la ciudad, los últimos meses del año, San Diego se volvía obscuro y lleno de relámpagos. Había pasado una semana desde aquella horrible noche, esa noche donde perdí la consciencia. Una cosilla rota y el brazo lesionado. Triste realidad.
Desde que tengo memoria y pasaba noches en vela tratando de estar alerta a las golpizas y abusos de Ted, deseaba con toda el alma salir de ahí, escapar a un lugar donde nadie supiera quien soy. Pero heme aquí, postrada en la cama con fracturas en el cuerpo, hechas por el mismo hombre que un día me hizo sentir querida.
—Hola... Te traje el desayuno. Hotcakes de avena con fresa, tus favoritos —veo a Max caminar hasta mi con una bandeja de comida en las manos.
Lo observo extraña, hacía mucho tiempo que no pasaba esto—Gracias —le digo.
Con las pocas fuerzas que tengo de sentarme, lo hago y comienzo a comer, solo puedo ver de reojo a Max mirándome atento.
—¿Qué? —pregunto.
—No debí hacerlo, Syd —responde cabizbajo—Perdí el control. Es solo que... Sentí celos de verte bailar con él, a mi jamas me haz mirado de la manera que lo hacías con él.
Observo a Max, en el fondo sabía que sus palabras no eran más que patrañas. Me había lastimado, y era algo que jamás iba olvidar—Me lastimaste, Max.
—Lo sé y lo siento...
—¡No!. No hablo de esto, ni de esto —señalo los moretones que había sobre mis brazos y mi rostro—Hablo del corazón. Lastimaste mi corazón —siento mis lágrimas brotar por mis mejillas —Me lastimaste cuando decidiste liarte con Radina, cuando me humillaste, cuando me hiciste sentir tan inferior... —no puedo evitar quebrantarme cuando escucho mis propias palabras.
—Lo siento tanto —dice mientras se coloca a mi lado suetandome fuerte—Sé que he sido el peor de todos, Sydney. Pero prometo cambiar, lo haré por ti, porque te amo.
Mal momento para pedir disculpas. Una vez oí sobre cómo abandonas a alguien, incluso durmiendo con esa persona cada noche. Esta es la situación. Ahora me aferro fuerte a Max, porque dentro de mi sabía que pronto me iría, porque con cada día que me despreciaba, lo dejaba más y más, lo dejaba de amar más y más.
El timbre suena un par de veces—Sigue comiendo, iré abrir—Max sonríe para después salir de la habitación.
H A R R Y
Acomodo mi camisa tratando lucir lo más bien posible. Toco al timbre varias veces esperando respuesta, es entonces cuando veo a Max abrirla, puedo notar su expresión, él sonríe, irónicamenre, claro.
—¿Está Sydney? —pregunto firme mientras sostengo el ramo de rosas.
—No, no está. Lo siento —dice mientras se cruza de brazos.
—Cielos, moría por verla —suspiro tratando de hacerlo enojar—¿Podrías entregarle esto?, son sus favoritas —Sonrío mientras le entrego el ramo de tulipanes rosas.
El tipo toma el ramo con una expresión bastanre molesta lo cual, me deja satisfecho.—Entonces... ¿Son amigos cercanos? —pregunta.
—Yo diría... Muy cercanos.
—¿Sabes?, tu cara me parece muy familiar, ¿ya nos conocíamos? —Max frunce el ceño mientras me observa.
—No lo creo, apenas hace unos meses llegue a San Diego, toda la vida viví en Nueva York. —respondo.
—Igual que Sydney —su cara reflejaba como su mente estaba tratando de coincidiendo muchas cosas, sin embargo sonríe—Ya sé de dónde te conozco —asiente—espera aquí.
Alzo la ceja algo confundido, de dónde carajo podía conocerme. Espero mientras solo escucho como cajones son abiertos bruscamente, como si estuviese buscando algo. De pronto veo a Max caminar a mi con una pequeña cámara rosa.
—¿Eres tú? —pregunta mientras me muestra una fotografía mía junto a Sydney.
Automáticamente me quedo sin palabras. Lo sabía todo, aunque para ser sinceros, no me agradaba del todo—Así que tu eres el famoso Harry —expresa satisfecho.
—No sé a qué te refieres —digo.
—Desde que conozco a Sydney, cada noche balbuceaba tu nombre mientras dormía. Pasé noches en vela escuchándola susurrar tu nombre —habla bastante serio —"Su gran amor"
Tardo unos segundos en reaccionar, la verdad era que esto podía joderlo todo, sin embargo, hablo—Pues sí... Lo fuí. Y estoy completamente seguro de que aún lo soy.
Max ríe irónicamente mientras se acerca a mi—Pues espero que hayas disfrutado ser su gran amor, porque no la vas a volver a ver en tu vida —dice mientras siento como mis puños se cierran.
—¿Sabes Max?. He hecho grandes idioteces en mi vida —digo—¿Pero alejarme de ella?... Primero vas a tener que matarme. Porque así te interpongas a tú o mil más... No la voy a dejar.
—Ya lo veremos.
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S A F E || Segunda Temporada || H.S
FanfictionLa historia continúa en esta segunda parte, en donde nos muestra como la vida de Sydney (Lili Reinhart) cambió por completo después de esa noche. Siete años después la vida marcha normal. Sin embargo, secretos del pasado comienzan a salir a la luz...