La historia continúa en esta segunda parte, en donde nos muestra como la vida de Sydney (Lili Reinhart) cambió por completo después de esa noche. Siete años después la vida marcha normal. Sin embargo, secretos del pasado comienzan a salir a la luz...
—Rosse—susurro con mi voz demasiado baja, sin embargo, la mujer sonríe.
—¿Me hechaste de menos? —sonríe con ironía.
—La verdad es que no —digo mientras me cruzo de brazos.—¿Qué quieres?
—Solo charlar, Sydney. No necesitas ponerte en esa situación. ¿Puedo? —pregunta mientras alza la cabeza.
—¿Qué?, ¿vas intentar matarme otra vez? —la mujer suelta un pequeña risa cabizbaja.—Sigue —respondo de mala manera.
—No queiro rodeos. Harry me contó todo —la mujer de baja estatura me observa desafiante—que te volvió a ver... Que hablaron... Que estuvo aquí.
—¿Y? —alzo mis hombros en señal de poca importancia—Ya no somos niños, señora Cox. Incluso hace siete años, mi error fue dejar que me humillara y que me despreciara. Cuando yo lo único que hice fue amar a Harry.
—Entiendo. Pero no sé quién dices que no son niños. Si hablas de Harry. Él ya es un hombre que encontró a una verdadera mujer. Pero tu... —la mujer niega con la cabeza—Sí que tienes herencia de tu madre —siento como mi cuerpo comienza a temblar, no era miedo, ni nervios. Era rabia.—sé muchas cosas sobre ti, Sydney. Sé que ahora tienes un matrimonio, sé con quién, sé cuánto tiempo, lo sé todo. No necesito repetirlo —Rosse comienza a acercarse a mi a pequeños pasos—Por una puta vez en tu vida deja que mi hijo sea feliz.
Me mantengo en silencio unos segundos, analiso sus palabras, definitivamente en la mirada de esa mujer no había más que odio.
—Ya no soy una niña, señora Cox, ya no más—respondo tratando de contener las lágrimas de odio que nublaban mi vista—Yo también lo sé todo. El plan que hizo para alejarme de su hijo, las dosis para mantenerlo dormido, las mentiras, el fallecimiento falso. Lo sé todo, y sé que fuiste tu.
Solo puedo sentir satisfacción cuando la expresión de la mujer cambia radicalmente. Su tes ahora era pálida y su sonrisa se había borrado, ahora simplemente me miraba con atención.
—Quizá Harry la ame ahora... Pero en el momento que lea esto—tomo el expediente médico con el nombre de Harry que reposaba sobre la mesa de noche—Tal vez cambien muchas cosas. No me interesa lo que sepas sobre mi, no tengo nada que perder... Pero tu sí, y mucho.—camino lentamente haciendo que la mujer retroceda con cada paso que doy—Ahora saca tus asquerosos pies de mi casa.
Rosse parece estar en shok, en ningún momento pasaba por su cabeza que yo tenía ese expediente en mis manos, estaba perdida, lo pude ver en su mirada. Calla por unos momentos para después salir rápidamente de mi hogar.
H A R R Y
Despierto debido a pequeños movimientos sobre mi cama. Sonrío cuando sé de qué se trataba—Allie —digo observando a la chica que reposaba encima de mi.
—Volví —sonríe—te extrañé mucho —dice mientras comienza a plantar besos sobre mis mejillas.
—Allie —digo con algo de incomodidad. Pero no para, sus besos descendían poco a poco hasta mi pecho—¡No! —exclamo haciendo que ella pare.
—¿Qué pasa?, ¿hice algo mal? —pregunta colocándose a un lado de mi.
—No. Solo... —cubro mi rostro tratando de pensar qué decir—Hoy no, por favor —Allie parece estar demasiado confundida.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
