H A R R Y
Trato de encontrar la maldita canción que había escuchado una semana atrás en Spotify, pero no lo logro. Odiaba el metro con el alma y dos más, normalmente a estas horas de la tarde solía ir lleno, yo suponía que solo sucedía en Nueva York pero no. Me rindo cuando no logro encontrar la melodía así que guardo el móvil en mi bolsillo.
Por alguna extraña razón algo me hace querer girar. Como esa veces que estas dormido y despiertas sintiendo una mirada sobre ti. Logro visualizar muchísimas personas que no alcanzaron lugar fuera del vagón. Sin embargo, nuevamente siento mis emociones tambalearse. Sydney estaba de pie ahí, mirándome.
Mi corazón se detiene, su vista y la mía estaban conectadas como antes solían hacerlo, dejándome volver a sentir esas malditas mariposas en el estómago, las que ya creía extintas.
Su expresión es de confusión con miedo, a pesar de estar a cinco metros de ella, podía ver sus ojos llenos de lágrimas. El vagón comienza a avanzar—¡No alto!, ¡abran la puerta! —exclamo cuando finalmente la pierdo de vista—Sydney—susurro entrecortado mientras una sonrisa se dibuja en mi rostro.
Me había visto, ahora lo sabía, sabía que estaba aquí. Aunque para ser sincero, no tenía idea si era una mala o buena idea, no tenia idea de que es lo que pasaba por su cabeza en estos momentos. Solo quería salir corriendo y buscarla, no quería volver a perderla, no me lo permitiría, ya no.
Mi vista se posa en la pantalla que indicaba la estación en la que iba ahora mismo, solo puedo desear que el número retroceda más rápido. Mi respiración estaba agitada, sentía todos los nervios y el miedo recorrer por mis venas, sudor frío recorría mi espalda y mi frente, justo ahora estaba en juego toda mi vida, necesitaba decirle cuanto la amé, cuanto la sigo amando.
El vagón finalmente se detiene, ignoro por completo los insultos de las personas a las que empujo, quitándoles de mi camino. Algo dentro de mi podía sentirla cerca, sabía que Sydney estaría aquí, sabía que vendría. Sin embargo, me detengo.
¿Realmente quería esto?, ¿realmente será buena idea mostrarme ante ella?, no quería herirla de ninguna manera posible. —¿Harry? —escucho gritos a lo lejos.
Me giro para verla, ahí estaba. Estaba empapada y su mirada estaba como loca viendo hacia todos lados, tratando de encontrarme. Finalmente, lo decido. No podía y no quería estar un día más sin Sydney Roberts.
Cuando al parecer se rinde, solo se queda observando hacia el vagón del tren. Camino lentamente hasta ella, pero no se da cuenta.
—Sydney... —hablo con las pocas fuerzas que tengo.
La chica se gira, puedo observar sus ojos empapados en lágrimas. Después de siete años estaba frente a frente, su cabello era más largo, sus ojos tenían la misma luz que siempre habían tenido. Ella me observa detenidamente, estaba pálida completamente.
Decido acercarme más a ella, rogándole a Dios que no me odie. Su mano finalmente conecta con mi mejilla, haciéndome sentir en las nubes, Sonrío cuando la escucho preguntar si realmente estaba aquí, al parecer, yo no fui el único en delirar con este momento muchas veces.
Los segundos parecían ser eternos, pero al fin, puedo sentirla en mis brazos, Sydney, el amor de toda mi maldita vida estaba entre mis brazos otra vez.
—¿Por qué apareces así?, ¿qué demonios te pasa? —susurra mientras siento como se aferra fuerte a mi.
—¿Qué demonios te pasa a ti?, solo te fuiste —mi voz se quebranta y no puedo evitar someterla aún más a mi cuerpo.
Sentír sus latidos cerca de mi me hizo volver a creer, volver a creer en todo aquello que un día perdí, sentir cerca a Sydney Roberts era volver a vivir.
—¿Por qué te fuiste, eh?, si sabías que tu lo eras todo para mi —pregunto mientras sujeto sus mejillas entre mis manos.
Sydney al parecer no tiene palabras ahora mismo, solo se dedica a observarme y apretar fuerte mi mano aún tratando de descifrar si esto era un sueño.—¿Cómo es posible que estés vivo? —habla apenas entendible debido al llanto en el que estaba hundida.—Me quedé con un poco de ti... Solo así pude sobrevivir —susurro—Por favor Sydney... Déjame besarte, ya no lo recisto. —mi boca me traiciona, soltando lo que estaba deseando en mis pensamientos.
—Creí que no ibas a pedirmelo —responde en una sonrisa.
Y es ahí cuando todo mi mundo vuelve a reconstruirse, cuando todas las heridas que tenía, sanaron. Sydney me había devuelto todas las esperanzas posibles, vuelvo a vivir, y ahora todas las inseguridades se habían ido. No quería que se fuera, no quería que este momento acabara nunca.
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S A F E || Segunda Temporada || H.S
FanfictionLa historia continúa en esta segunda parte, en donde nos muestra como la vida de Sydney (Lili Reinhart) cambió por completo después de esa noche. Siete años después la vida marcha normal. Sin embargo, secretos del pasado comienzan a salir a la luz...