capitulo 16

4.1K 198 3
                                    

Nayeli...

Sin darme cuenta, quedé enredada en un placentero sueño, me sentía demasiado cansada para hacer cualquier otra cosa, entonces escuché el timbre de mi casa, no sabía quien sería pero mantenía la esperanza de que fuera Daniel, por muy absurda que fuera mi idea.

Al abrir la puerta, me encontré con la grata sorpresa de que era mi primo.

-¡Hola pequeña!, te dije que pasaría a cenar.-Dijo Javier con tal alegría

-Claro, ja, lo había olvidado por completo, debiste llamarme para hacer unos bocadillos.- Dije algo apenada.

-No te preocupes pequeña, para que te agobias con eso, podemos pedir una pizza y ya esta, yo la pago.- Dijo él.

-Bueno, si no te importa

Javier tomó el teléfono y marcó para pedir la pizza, por lo mientras yo caminaba por la sala con mi celular en la mano, pendiente de cualquier llamada por si acaso, era inútil la espera pero una parte de mi sabía que él podría llamar en cualquier momento.

Esperamos 30 minutos sentados en el sofá de la sala, a la espera de la pizza, mientras entablábamos una conversación sobre lo que había pasado en estos años.

-Y cuéntame pequeña, ¿algún pretendiente?.- Dijo Javier con picardía.

-Amm.-Titubee unos instantes.- Es complicado.- Finalicé.

-¿Por qué? Puedes confiar en mi

-No lo se, simplemente no es bueno, pero dejemos a un lado lo mio, no es interesante, cuéntame que tal te va a ti con tu novia, ¿cómo se llama?

-Es preciosa, se llama Lucia, la conocí en un cafetería de España, fue muy gracioso nuestro encuentro porque ella estaba sentada en una esquina leyendo y para mala suerte de tu primo iba con una ropa que era idéntica al uniforme de aquella cafetería, claro a excepción de algunos detalles, entonces ella me confundió con un empleado y me pidió a mi la orden de lo que iba a tomar, pero con mis bellos encantos le aclaré que no era empleado, ella soltó una risa nerviosa, y yo me puse colorado ante tal vergüenza, entonces nos sentamos a charlar y de ahí partió nuestra relación.- Comentó con una sonrisa ancha en su rostro

Me encantaba escuchar a mi primo con total atención, y saber que por fin había encontrado a alguien que lo hiciera feliz, pues él no era de los que disfrutaba una relación, él siempre iba de cama en cama, pero al parecer alguien había logrado lo imposible.

Se escuchó una moto afuera de la casa y en seguida el timbre sonó, salí a recibir la pizza, pagué y mi primo colocaba una película en el DVD, nos dispusimos a ver la película mientras cenábamos pero a la mitad me perdí en mis pensamientos, desviándome totalmente de lo que sucedía a mi alrededor, solía ser despistada y esa toda mi familia lo sabia.

-Hey Naye.-Dijo mi primo agitando su mano frente a mis ojos.

-Perdón, me he perdido.

-Vaya pero si eso no lo he notado, ya ha terminado la peli.- Dijo él

-Lo siento Javi, es solo que no me siento muy bien.- Comenté.

-Vamos pequeña.-Dijo sujetando mi mano.- Algo te pasa, ¿es acaso que ese cretino que dices te ha lastimado?

-No para nada.- me apresuré a contestar.

-¿Entonces? ¿qué ocurre?.- Insistió él

-No puedo contarte.-Dije agachando la cabeza.

-Nayeli, ¿no me tienes confianza?.-Dijo entre disgustado y triste

-Si, claro que te tengo confianza, es solo que...

-¿Tienes miedo?.- Me interrumpió.-Puedes contarme lo que sea, y te aseguro que de mi boca no saldrá ni una sola palabra.

-De acuerdo pero solo te pido, no me critiques.

-Para nada, continua.

Dicho esto, le conté toda mi historia con Daniel, no sabía si era correcto, había prometido no contar nada pero el mantener este secreto era muy grande, necesitaba platicarlo con alguien, que me escuchara, que me aconsejara, no sabía en quien confiar tal magnitud, sin embargo sabía que mi primo era el mejor, siempre dándome consejos, apoyándome, es por eso que decidí contárselo.

Al terminar de contar hasta el ultimo detalle, él solo permaneció en silencio.

-Y bueno...Dí algo.-Suplique atormentada.

-23 años.- Es todo lo que dijo.

-Si..

-Nayeli, tiene la misma edad que yo, es que acaso tú...-Permaneció en silencio unos minutos, mientras aclaraba sus ideas.- No importa pequeña, me alegra que tengas la confianza de decirme esto pero, no se como verlo, no te puedo juzgar porque yo también me fije en una menor que yo.

Mi cara fue de total asombro, pues aquella historia que él decía no me la sabía de nada, anhelaba que me la contara pero decidí esperar un poco mas de tiempo.

-Solo te diré, que cualquier cosa aquí estoy pequeña, te apoyo pero te pido que tengas mucho cuidado, solo eso de acuerdo.-Continuo.

-Si, pero después deberás contarme lo de la menor ¿de acuerdo?.

-Trato hecho, ahora, descansa pequeña.- Dijo dándome un beso en la frente.- Mañana debes ir a la escuela, yo ordeno aquí y me voy al hotel. Nos vemos después.

-Ok, descansa, y gracias por escucharme.

-Cuando quieras.

Subí las escaleras y me cambie por una ropa más cómoda para dormir, no tenía idea de como reaccionaría, pero me alegra saber que cuento con el apoyo de mi primo, destendí mi cama y me acosté, lo último que escuche fue el sonido de una puerta cerrándose.

Mi Dulce KarmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora