capitulo 8

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Nayeli...

Estábamos tan cerca el uno del otro que podía sentir como se aceleraba cada vez más su respiración ante el hecho de querer decirme algo...

-¿Desean ordenar algo más?- Dijo el hombre mayor, trayendo nuestro capuchino y haciendo que nos alejáramos el uno del otro.

-No, gracias, por el momento estamos bien.- Dijo Daniel, mirándome para recibir una mirada de aprobación.

-Bueno disfruten su café, con permiso.- Dicho eso el hombre nos sonrió y se retiro.

Bajé mi mirada al café, en un intento fallido por no demostrar mis nervios. De pronto siento el roce de sus dedos sobre mi mano y de una forma cariñosa toma completamente mi mano para entrelazar sus dedos con los míos.

-Necesito decirte lo que siento, y no voy a privarme de este sentimiento.- Finalmente habló.

-Te escucho.- Dije en un hilo de voz debido al nerviosismo que sentía.

-Cuando llegué al colegio venía dispuesto a cumplir con mi trabajo, pero después te conocí y comenzamos una amistad, al principio algo normal pero me encariñe cada día que pasaba contigo y de pronto mi tiempo lo ocupaba solo en pensar en ti, he fallado en el intento de controlar mis sentimientos, sabiendo todas las consecuencias que podría traer el enamorarme de una alumna y finalmente me encuentro aquí diciéndote que eres todo lo que quiero.- Se mantuvo en silencio un momento y después continuo.- Te pido la oportunidad de demostrarte que soy capaz de afrontar todos los obstáculos que se vengan encima por hacerte feliz, por estar cerca de ti. Es una locura...pero entendería si me dices que no.- Pude ver como en su rostro aparecía el miedo, incluso la decepción, ante una respuesta aun no dicha.

-Tienes razón, es una locura.- Dije y él me miró.- ¿sabes todos los riesgos que hay verdad? Sin embargo es un riesgo que pienso afrontar contigo, porque aunque seas la persona menos indicada para querer, lo hago sin importarme que tan mal este.

Después de decir esto, una sonrisa apareció en su rostro, mostrando su perfecta dentadura, y haciendo que me latiera el corazón cada vez mas rápido.

-Dime que no estoy soñando, porque si es así, es el sueño mas bonito que he tenido.

-No, no estas soñando.- Dije con una sonrisa que me salía de lo mas profundo de mi corazón.

Después de haber terminado nuestro capuchino, me toma de la mano y nos levantamos de la mesa hacia la caja para pagar..

Al salir, se detiene un momento y me gira lentamente para quedar de frente.

-Eres hermosa.- Me dijo tocando con su cálida mano mi mejilla.

Al sonrojarme, sonríe, me mira unos segundos colocando sus manos sobre mi cintura, acercándome hacia él, yo coloco mis manos alrededor de su cuello y los dos nos perdemos en un beso tierno, dulce, esperado desde hace mucho tiempo, y sin importar las miradas que se posan sobre nosotros.

Mi Dulce KarmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora