CAPÍTULO 24

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Aportar más

Abro la puerta rápidamente buscando a Carl para preguntarle sobre Carol y poder hablar con ella, sin embargo me encuentro algo mejor; Carol está en el sillón muy relajada viendo unos papeles sobre el libro de pasta dura color azul rey.

Se ve distintas a otros días. Jamás creí poder verla de esa manera: disfrutando de la tranquilidad que invoca este lugar demostrando ninguna pizca de preocupación a lo que está pasando, pero aún viéndola con mis propios ojos no me puedo tragar este cuento. La conozco.

Me acerco con el arma en la mano deteniéndome a lado del sillón color gris de tela gruesa, ladea su cabeza para comprobar quién soy, al verme, levanto la mano quedando a medias y mostrarle el arma como si fuera un regalo y no un objeto prohibido que tenemos que cargar en la comunidad. Sus facciones se tensan y esos ojos azules me miran alarmada. Cierra el libro de golpe y lo deja a un lado, se levanta casi de un brinco que me espanto. Observa a su alrededor con ojo de alcón para comprobar si alguien nos ha visto.

Estoy segura de que no es así. La casa no es de cristal para que se ponga tan alarmante. Aquí dentro estamos seguras.

Toma mi brazo para llevarme a arrastras al pasillo del fondo donde está el baño de la planta baja y la puerta de la alacena quedando escondidas de todas las ventanas que hay en la sala y cocina. Me acomodo mi manga de la chaqueta con beatitud teniendo cuidado en no mover mucho la muñeca lastimada que me sigue doliendo.

—¿De dónde la conseguiste?

Pregunta con un tono tan brusco que me logra poner sensible. Miro el arma en mis manos y paso la yema de mi dedo índice sobre la empuñadura sintiendo el frío metal.

—Eso quiero saber. De dónde la consiguió Karina sin que Olivia la viera. Ella la tenía — me arrebata el arma de mala gana y arrugo la frente por esa actitud tan agriada. Abro la boca sorprendida cunado se me prende el foco —Sabias de esto ¡Fuiste tú la que la robaste!

La señalo con el dedo sorprendida con voz alta.

—¡Chisss!— mueve las manos frente a mi cara para que no grite y en automático sello mis labios —Mejor ya dilo a los cuatro vientos.

Constata de mala gana por mi falta de discreción. Pienso si hay alguien en la casa, pero lo dudo, puesto que la mayoría de los que vivimos aquí estamos más tiempo afuera averiguando qué ocurre con esta comunidad y su gente.

—Fuiste tú— repito en un susurro acercándome más a ella —Oye, Karina ya estaba mal desde la muerte de África, pero está peor luego de ver morir a Noah. Se emborrachó, perdió la cabeza y casi nos dispara— toco mis dedos mientras digo cada situación, luego las dejo caer en el aire — ¡Carol, ella tenía un arma!

—Deberías de preocuparte por tu amiga que por esta arma. Es estúpido que te preocupes por esto que por ella.

Abro la boca ofendida. Mi cabeza se hace atrás con indignación y retrocedo un paso para verla bien.

—¿Disculpa?— frunzo las cejas—  Tú la robaste.

—Porque necesitamos darle a entender a estas personas que tienen que protegerse, que Rick debe dirigir esto— se guarda el arma mirando a todos lados como si fuera algo simple.

•𝐒𝐎𝐋𝐎 𝐂𝐎𝐍𝐅𝐢́𝐀• || CARL GRIMES || [TWD]                 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora