•𝐒𝐎𝐋𝐎 𝐂𝐎𝐍𝐅𝐢́𝐀• || CARL GRIMES || [TWD]

CAPITULO 45

Verdades cercanas

Mikey chasquea los dedos llamando mi atención, giro mi cabeza solo un poco viéndolo de mala gana al romper mi tranquilidad, pues poco a poco estaba reconciliando una pequeña siesta al escuchar puro silencio durante el camino.

Abraham le aparta la mano de un empujón por lo cual yo tapo mi boca con una mano simulando que limpio mis labios para que no vea mi sonrisa de burla. Mi padre palmea el hombro del chico para que no me hable por mi mala actitud que tengo el día de hoy, así que él obedece regresando a su asiento con pereza.

Sería más divertida si Melody o Enid hubieran venido en su lugar, probablemente ahora mismo estaríamos hablando hasta por los codos.

Puedo ver de reojo que saca de su mochila las galletas de Carol y la parte en cachitos desde la bolsa para recrear más producto. Glenn lo mira por encima de la cabeza de su esposa con mucha curiosidad.

Mikey le extiende la bolsa y el asiático toma un pedazo, después pasa a cada uno para que tomemos de igual manera. El sonido de la bolsa siendo arrugada por distintas manos es lo único que se escucha.

Abraham me la extiende y le agradezco con un gesto en el rostro muy agradable.

Mi orgulloso me dice que no tome de las galletas de Mikey porque ahora no quiero nada de él, por otra parte, me llega la pregunta del por qué ¿Cuál es el motivo de mi disgusto a que venga? Mi boca le dijo que no tengo ningún problemas con él, pero mis actitudes dicen todo lo contrario. No hay motivo para mantener una Jennette que no me agrada en lo absoluto, entonces solo tomo un cacho y le estiró el brazo a Jesus para terminar con este debate en mi cabeza.

El hombre me mira dudando si tomar una, sus ojos claros viajan de vuelta al chico de pecas y agito mi mano cuando tardo en mantenerla en alto.

—Dijiste que te gustaron las galletas —le susurro.

Toma la bolsa y agarra un cacho, uno no tan grande como los demás, así que señalo la bolsa dándole acceso a que agarre otro si le apetece.

Al final la bolsa regresa a su dueño y la guarda de vuelta en la mochila provocando más ruido. Maggie se recuesta en el hombro de Glenn masticando su pedazo y cierra los ojos para tomar una corta siesta muy corta.
Michonne pasa su brazo por el respaldo del sillón donde me encuentro sentada y juega con la tela de mi sudadera deportiva con sus dedos; la dobla, la desdobla, la aprieta y al final solo la aplasta con suavidad para que las arrugas provocadas por ella misma desaparezcan. 

Muevo la pierna inquieta y sin poder aguantar más este silencio, me levanto de golpe hasta ir al cuarto del fondo con mi mochila colgada en mis hombros.

Tomo lugar en el sillón y dejo la mochila en la mesita clavada que está a un costado casi al fondo tratando de averiguar si traje municiones, pues Carl solo tomo la mochila sin saber qué ya estaba todo listo.

Levanto la mirada a los árboles que puedo ver gracias a que las cortinas venecianas están separadas dejando que entre la luz del día soleado. Todo pasa a velocidad, de modo que lo único que mis ojos pueden captar es lo verde del bosque y el azul del cielo infinito.

Me preguntó qué nos espera en esa comunidad. Es igual a la de nosotros, pero ¿Su gente también? A estas alturas de lo que llevamos sobreviviendo ya no se puede confiar en nadie; en la prisión estaba Yahir, el gobernador apareció y mató a Hershel; Terminus, donde personas se comían a otras; la iglesia, Gabriel dejó morir a aquellas personas; Alexandria, tuvo a un abusador. No debo de esperar nada de la comunidad de Jesus, siempre habrá algo malo en las cosas.