CAPITULO 32

2.1K 115 405
                                    

Alejada del regreso

Me pongo la sudadera delgada color gris con ayuda de Carl con lentitud a causa de la herida en el estómago. Pareciera que sus movimientos delicados pueden hacerme más daño, pero es imposible a que eso suceda.

Él se pone de rodillas para ayudarme a poner los tenis y me apoyo en sus hombros cuando me pongo de pie una vez que amarra mis agujetas. El chico regresa ver a Denisse negando con discreción y sus labios se tensan pensando en otra excusa para que me quede más tiempo en guardar reposo en esta cama. Sus ojos azules viajan a mi padre, el hombre solo levanta los hombros rendido al quedarse sin ideas para convencerme.

—Hija, solo te estamos dejando ir a descansar a la casa de Rick. No quiero verte paseando por las calles.

Asiento riendo por ese tono tan estricto que no le queda, pero su rostro permanece serio al igual que la del chico Grimes.

En realidad no puedo estar más tiempo acostada sin hacer nada. Por lo menos quiero salir a caminar o a ayudarle a Olivia en algo de sus tareas que no abarcan mucho esfuerzo físico. En la enfermería me siento limitada y vigilada a toda hora. Ya no soy una niña chiquita que necesita un cuidado de alguien mayor.

Carl me extiende mi arma  y la pongo en el cinturón que me he puesto minutos atrás. Levanto mi dedo pulgar  a los tres para que se tranquilicen un poco.

—¿Pueden dejar de mirarme como si fuera un pedazo de cristal? Te dije que estoy bien. Mi cuerpo se está recuperando rápido.

Denisse y mi padre desvían la mirada, pero Carl me sigue clavando esa mirada estricta por desobedecer.

—¿Rápido? Ayer te apuñalaron. Es imposible que tu cuerpo esté bien ahora— arruga la frente Carl con ironía.

—Gracias por el apoyo— digo entre dientes cuando se acerca.

Me sube el cierre de la sudadera hasta el cuello y ruedo los ojos quitando la mirada a él cayendo en los botines de mi padre.

No soy una niña chiquita. Tener una herida sanando no implica abrocharme el suéter tampoco...aunque es muy amable de su parte.

—Bien— dice Denisse aplaudiendo para después frotar las palmas y no sentirse incómoda. Me señala—Pero si llegas a tener un malestar o punzación fuerte, si se te abre la herida o te duele, no dudes en venir. Esto es serio, Jennette.

—Está bien, entendí: no moverme mucho, guardar reposo, no cargar cosas pesadas y...digo moviendo las manos recapitulando las indicaciones de mi padre. Estoy segura que me falta una. Muevo la cabeza para dejarla ir. No puede ser tan importante —Dejen de preocuparse. Estaré bien.

Miro el reloj. Seis de la tarde.

Tomo la mano de Carl y lo obligó a seguirme y salir del cuarto y la enfermería sin antes despedirme de ambos adultos.

Una vez que escucho la puerta cerrarse dejo escapar el aire y miro a mi alrededor aliviada de estar en el aire libre fuera de esa habitación y poder ver el exterior. Respiro hondo y coloco mi mano en la frente para cubrirme de los rayos del sol.

Inspecciono a la gente que está en los muros de lado derecho, los aseguran con tablas de madera muy largas algo gruesas. Veo a Elizabeth y Rosita que están ayudando a las demás personas. Mi hermana se seca el sudor con la playera delgada que trae puesta y camino a ellas para averiguar lo que pasa mientras veo a los demás en cada trabajo que hacen: clavar, golpear con un soporte duro, usando las sierras manuales.

•𝐒𝐎𝐋𝐎 𝐂𝐎𝐍𝐅𝐢́𝐀• || CARL GRIMES || [TWD]                 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora