•𝐒𝐎𝐋𝐎 𝐂𝐎𝐍𝐅𝐢́𝐀• || CARL GRIMES || [TWD]

CAPITULO 37

La culpa en mil acciones

Ahora la preocupación de este mundo es sobrevivir como sea. Por un momento me pongo a pensar si hubiera  sobrevivido solo estando con mis padres, si me hubiera quedado con mi hermana en la casa hasta que mis papás llegarán del trabajo para descansar ¿Qué pasaría si Rick no hubiera llegado a Alexandria? ¿Qué pasaría si yo no hubiera corrido a la reja de la prisión? ¿Estaríamos a salvo? Estoy agradecida de no ser una cobarde esa vez. Puede que la horda sí estaría invadiendo Alexandria, solo que los habitantes no tendrían la oportunidad de salvarla. Este hogar donde hay niños y personas mayores esté perdido para siempre. Por suerte está Rick y los demás aquí.

Nos detenemos en la entrada del parque a un lado de un arbusto alto cerca del lago. Melody me suelta la mano y miro a todos lados dejando escapar el aire de mis pulmones permaneciendo en silencio para seguir oculta entre una tela manchada con un mal olor.

Los caminantes pasan sin percatarse de nosotros. Michonne nos da la espalda para no bajar la guardia de lo que sucede en nuestro alrededor, en la mano su catana sigue oculta lista para atacar por si algo puede salir mal. Saco mi arma para copiar su acción. Me quedo en silencio viendo a mis alrededores, cada casa lejana y cerca.

—Son demasiados. Nuevo plan—Rick nos dice y lo volteo a ver ese rostro húmedo confundida —Iremos a la armería, así tendremos más armas para atacar. Algunos tendrán que ir a los autos.

Clavo mi mirada en sus expresiones faciles por cada palabra que suelta. El susurro lo hace inseguro, pero sé que es por los caminantes que pasan de un lado a otro cerca de nosotros y no porque duda de ese plan.

—Suena bien—apoya Mikey de igual manera inclinando el rostro hacia adelante.

Puedo ver como una gota de sudor le recorre por la cien hasta llegar a la barbilla y se la limpia con la manga de la sudadera muy rápido.

—Con Judith será difícil—nos dice Jessie casi sin aliento por el miedo.

Paso mi mano por la frente húmeda para secarla lentamente. Carl chasquea la lengua arrullando a su hermana preocupado pensando en algo para que Judith esté a salvo en cualquier momento. Desvía fugazmente sus ojos claros a los caminantes de la calle.

—La llevaré a la iglesia. Allí estará segura —susurra rápidamente Gabriel.

Aquella idea capta nuestra atención en el sacerdote e inflo los cachetes de aire pensando si es buena idea.

—¿Vas a poder?— Michonne se acerca bajando la guardia uniéndose a la bolita.

Todos quedamos en un círculo de susurros mirándonos cara a cara esperando una respuesta por parte de aquel hombre creyente.

—Sí. Lo haré —contesta seguro.

La apariencia que tiene ahora es distinta a como lo conocimos en los primeros días. Quiere mantener a salvo a la hija del hombre que lo salvó en aquella parte del bosque.

Mi cuerpo empieza a sentirse pesado, pero lo ignoro y muevo un poco los hombros para despejarme de las preocupaciones. Rick asiente aceptando el riesgo y Carl se acerca a él con mucha lentitud, saca a la pequeña y Gabriel la toma entre sus brazos para esconderla debajo de su manta tal y como lo hizo el hermano mayor, lo ayudo a acomodarle la sábana para esconderla por completo.