San Francisco V

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Entonces decidí ser lo más sincera que pudiese con él, bueno ... hasta cierto punto, no le iba a decir que era la nieta de su compañero de banda.

James todavía me observaba con esperanza y yo estaba petrificada en mi sitio intentando no colapsar.

-James ... Eres una persona maravillosa, y te juro que me has llenado de felicidad desde que te conozco ... pero no creo que esto pueda ser posible- dije con tristeza.

El me miró confundido y me sentí culpable al ver su rostro triste y compungido. 

-pero por qué no? No sientes lo mismo por mi? - dijo con voz ronca.

-No es eso ... yo ...- el nudo que se había formado en mi garganta me impedía hablar y me sentí débil.

Sus manos de guitarrista adornadas con miles de anillos todavía sostenían las mías con esperanza.

-No pienso rendirme, si hace falta te lo pediré todos los días que queden de mi vida hasta que digas que sí- dijo él con seguridad.

Sin poder impedirlo las lágrimas salieron de mis mejillas descontroladamente, nunca había llorado de esa manera, me sentí mareada y ahogada por la situación, no quería rechazarlo pero tampoco decirle que sí, no podía ser egoísta, no era mi destino estar con él, y nunca o fue que yo lo conociera. Solo me fueron en el año 1986 para cumplir una misión y no podía distraerme de esta forma o arriesgarme a cambiar la línea temporal. Sí, a lo mejor había visto demasiadas veces regreso al futuro. 

Solté las manos de James para salir corriendo como una cobarde ya que no sabía cómo manejar esa situación, ni en mil años me la habría esperado, con el corazón en el puño dejé al rubio atrás y me encerré en mi habitación. 

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Cobarde

esa era la palabra que me definía, no había salido de la habitación por dos días enteros, Kirk y Lars estado llamando a la puerta intentando convencerme de que saliese y comiera algo, a lo cual había hecho oídos sordos. Me desperecé en la cama y me estiré como un gato para coger la libreta que se encuentran al lado de la cama, las primeras hojas estaban llenas de garabatos y tachones de lo que parecían haber sido tablaturas de guitarra, también algunas letras de canciones a medio hacer, los chicos me han dejado la libreta tiempo atrás y durante el tour la había estado utilizando como cuaderno de dibujo. Observé los primeros bocetos que hice de los chicos durmiendo, James era el noventa por ciento de mis dibujos, y conforme pasabas las páginas los bocetos evolucionaban y mejoraban cada vez más. Me acordé entonces del primer dibujo que hice de él. Aquella foto que había encontrado abandonada bajo mi cama donde Lars y James posaban como dos chicos malos. 

La puerta de la habitación fue golpeada de nuevo, seguramente era uno de los chicos otra vez. Suspiré cansada e intenté ignorar el ruido de la madera siendo golpeada.

-¡Lizzy, abre por favor, soy Kirk! -

-por favor déjame en paz- 

-Invierno te necesita-

Esas fueron las palabras que hicieron que me levantase súbitamente de la cama para abrir la puerta de golpe dejando un rizado sorprendido con una bandeja de comida en sus manos. 

-Que le pasa? - pregunté preocupada.

Kirk sonrió abiertamente y pasó a la habitación para cerrar la puerta tras de sí otra vez.

Hasta la luna roja (James Hetfield / Metallica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora